sábado, 29 de enero de 2011

Egipto: crisis en proceso

Lo que está llenando los espacios noticiosos hoy, no es un hecho aislado. Ha habido recientemente varios de características similares: Argelia, Jordania, Yemen y el más recordado, el de Túnez (Diciembre de 2010), gatillado por la inmolación de un joven tunecino y que significó la caída del gobierno.

Características comunes: son países musulmanes (islámicos), en lo interno con gobiernos autoritarios (casi monárquicos), represivos y corruptos en la mayoría de los casos. Pero en lo externo, tienden a ser (espero no equivocarme) un tanto pro-occidentales o por lo menos, no anti occidentales, lo que sí se da en otros países musulmanes. Lo primero que se me ocurre es pensar que esa compañía para los occidentales, deja bastante que desear.



Lo que piden los manifestantes: libertad y democracia. No puede haber aspiración más justa. Y hasta aquí lo han hecho en forma bastante pacífica y civilizada. Nada que reprochar (los saqueos son harina de otro costal, ajenos al movimiento; en Chile ¡vaya si tenemos experiencia en eso!).

Egipto:
Su presidente desde el año 1981 es Hosni Mubarak (por lo menos mientras escribo estas líneas), con las características que he mencionado. Ha buscado un equilibrio entre la posición árabe tradicional (el 90% de la población egipcia es musulmana y por constitución es una república islámica) y las buenas relaciones con Estados Unidos e Israel. Loable. Pero en el ámbito interno, ha eliminado prácticamente toda oposición política, ha sido reelegido presidente en 5 oportunidades sin contrapeso y tenía pavimentado el camino para que su sucesor fuera su hijo (dinastía), lo que por lo visto, ya no podrá ser.

Las manifestaciones en Egipto no pueden menos que provocarme simpatía. Quienes han salido a las calles no tienen un perfil determinado y su composición es bastante transversal. Mayoritariamente son jóvenes, con nivel de preparación, que hoy visualizan un futuro sombrío. Y ha estado presente el premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei.
Hasta aquí vamos bien.
Mubarak, en un intento por salvar su gobierno, nombró como vicepresidente, a Omar Suleiman, que formaba parte de su gobierno, pero con bajo perfil y todo indica que es una figura respetada. Si su pretensión es que el panorama no pasara de gris oscuro a negro, parece ser una medida acertada, contrapuesta a la desatinada de bloquear los contactos por Internet y por celulares.
Es muy probable que el presidente termine dimitiendo y Suleiman pase a ser la nueva cara del gobierno egipcio.

Mi preocupación era si los manifestantes no estarían infiltrados y siendo utilizados por grupos interesados en tomar el poder. A grupos radicales me refiero.
Entre los participantes en las protestas, está el grupo llamado “Hermanos Musulmanes”. Averigüé de qué se trataba. Es un grupo que tiene varias décadas de existencia, que han sido perseguidos, y que propugnan cambios en forma pacífica. En sus inicios, pretendían el establecimiento de un estado islámico y el desaparecimiento de los rasgos occidentales del Egipto de Mubarak. Luego una parte evolucionó a una posición renovadora y pluripartidista. Hoy conviven en su interior ambas corrientes y si a futuro el grupo llega a tener un rol protagónico en la vida política de Egipto, el curso de los acontecimientos dependerá de la corriente que prevalezca.

Algunas señales son preocupantes, como lo que vi en un periódico opositor a Mubarak que decía: “Los tunecinos mostraron que el cambio ha llegado para borrar con todos los títeres de Washington y Tel Aviv en las naciones árabes”. Para mí, la connotación anti occidental es evidente. Pero, bueno, es la opinión de un diario.
¿Por qué la situación de Egipto preocupa al mundo occidental? Por lo ya dicho; es un aliado. Y segundo y vital: en su territorio y bajo su control está el Canal de Suez, por donde pasan diariamente millones de barriles de petróleo provenientes del oriente.

Espero que lo que hasta ahora visto (pacifismo y racionalidad), lleven al pueblo egipcio a un futuro de libertad, democracia y prosperidad.

Como un comentario al margen, diré que en numerosas oportunidades Estados Unidos ha sido desafortunado (quizás la palabra sea desatinado) para elegir sus aliados. Unos le han dado la espalda. Otros se han vuelto en contra (caso más cercano, el de Fidel Castro). Y otros, como el caso del Sha de Irán, que hasta su caída el año 1979 era el país más pro occidental de todo el mundo árabe, terminó siendo el Irán de hoy: islámico radical a ultranza y que hizo que el presidente Bush lo catalogara dentro del eje del mal (uno de las tantas expresiones faltas de tino del expresidente americano).

1 comentario:

  1. Comparto, todas y cada una de las expresiones .... aunque personalmente voy mas allá ..... Mubarak fue una dictadura y de hecho lo son todos los países árabes prooccidentales, Lo que es peor, con el respaldo de USA y Europa, dictaduras corruptas, monárquicas o aparentemente democráticas. Ahora tiemblan y buscan una salida con tal de que no caigan en el fundamentalismo islámico. La verdad es que el comportamiennto de estas dictaduras, con la complicidad occidental, ha alimentado el fundamentalismo islámico. En la España anduluza, surgió una célebre frase "no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre"...... como muy bien ejemplifica victor, la política exterior de USA ha sido un desastre a nivel mundial .... un país al que admiramos por muchos conceptos, pero que en estas materias va de tumbo en tumbo .... tengo la sospecha que quienes gobiernan son las grandes multinacionales y el Pentágono, y que los representantes en el Congreso y el mismo presidente, no son más que juguetes para que nosotros nos entretengamos eligiéndolos.

    ResponderEliminar