lunes, 18 de agosto de 2014

¿Quién entiende a Chile?

Este no es un artículo propiamente tal: sólo pinceladas sobre una tela en blanco.
     Las cifras están referidas a la encuesta CEP de julio 2014.

Sensación país

     En el exterior nos ven y valoran por ser un país responsable, confiable, que ha sabido hacer bien las cosas. Algunos hasta hablan de liderazgo en Latino América.
     Dentro de Chile, pareciera haber una sensación mayoritaria que todo está mal, que hay que abordar un proyecto refundacional y que “el modelo” ha sido nefasto y no da para más.

Los consensos

     En países como Holanda, se enorgullecen de su capacidad de lograr consensos (llegar a acuerdos), abordando los cambios dándose el tiempo para llegar a buenos acuerdos (a veces, un tanto largo).
     En Chile, se ha demonizado el concepto por muchos, indicando que no están dispuestos a volver a la antigua política de los consensos. Y están tratando de cambiar al país  atolondrada e improvisadamente en meses, procesos que en otros países les ha tomado años.
     Quienes tienen tribuna en los medios de comunicación y tienen esa postura, están en abierta contraposición con lo que piensa la mayoría de los chilenos: un 63% prefiere se llegue a acuerdos y sólo el 18% que se imponga el programa de gobierno de la Nueva Mayoría. Un triste espectáculo el dado por la Cámara de Diputados al tramitar la reforma tributaria en forma relámpago, aprobándolo sólo con correcciones menores de acuerdo a los intereses electorales de algunos de los “Honorables”. Afortunadamente el Senado actuó con cordura.

Michelle Bachelet por encima del bien y el mal

     Un 63% evalúa a la Presidenta positivamente y un 56% indica que le da confianza.
     Sin embargo sus proyectos estrella están siendo cuestionados por la población.
    En la reforma al sistema electoral, creo que la mayoría no ve con buenos ojos el aumento del número de parlamentarios. Eso ocurre aquí y en cualquier lugar del mundo. Y que el aumento tendrá costo cero para el Estado, cuestión de lógica, huele a falacia.
     La mayor recaudación por la reforma tributaria está destinada principalmente a educación. Sin embargo el 53% de la población estima debería destinarse a salud y sólo el 22% a educación.
     Centrémonos en la educación.

Reforma al sistema educacional

     En el programa de gobierno se ofreció educación pública, gratuita y de calidad para todos los chilenos. ¿Alguien puede estar en desacuerdo con ello? Sin embargo lo que hasta ahora se ha visto es fin al copago, fin al lucro y fin a la selección.
     El 59% de los padres, a igual distancia y costo, prefieren un colegio particular subvencionado. Un 35% prefieren una escuela municipal.
   El 52% está de acuerdo que los padres colaboren económicamente para mejorar la educación de sus hijos y un 37% está en desacuerdo. Por otro lado, el 63% de los padres prefieren que sus hijos vayan a una escuela con alumnos con nivel socio económico parejo y parecido al suyo.
     El mismo 63% sostiene que el estado debe financiar los colegios particulares subvencionados.
     A los padres, en un 49%, les parece lícito que los colegios particulares subvencionados generen ganancias a sus dueños si el nivel educacional es bueno. Un 42% tiene la posición contraria. Sin embargo, el concepto de “lucro” ha logrado posicionarse en los medios como algo casi obsceno.
     Selección: un 54% está de acuerdo que los liceos emblemáticos seleccionen a sus alumnos por mérito, mientras el 39%  tiene la posición contraria.
     Educación universitaria: el 57% de los encuestados considera que la gratuidad debe ser sólo para los estudiantes de menores recursos, mientras el 38% está de acuerdo con la posición del Gobierno de gratuidad universal. Recuerdo una vez más lo dicho por la Presidenta al llegar a Chile a iniciar la campaña electoral: que ella no era partidaria de la gratuidad para quienes pudieran pagar la educación superior de sus hijos. Pero la hicieron cambiar rápidamente de parecer, seguramente diciéndole que eso no es lo que quería escuchar la calle (el Movimiento Estudiantil).
     Los postulados e imposiciones que pretende instaurar el Movimiento Estudiantil, podrá corresponder a sus intereses y visiones, muy válidas desde su óptica, pero no refleja el sentir nacional. Será un punto difícil de manejar por el Gobierno si decide escuchar la voz del pueblo; de ese pueblo que no desfila, no vocifera, no se toma escuelas y no impresiona con discursos grandilocuentes pero que son igualmente chilenos.
     Todo parece indicar que se está tratando de imponer una reforma a la educación según el deseo de los estudiantes, pero no del sentir mayoritario ce los chilenos.
     Lo dicho: no hay un respaldo amplio al enfoque y contenido a varios de los programas emblemáticos del gobierno, pero eso no toca la valoración que se tiene de la Presidenta. Un hecho notable y un mérito personal.

Valoración de los otros poderes del estado

Labor de los jueces: Un 75% de desaprobación y un escuálido 9% de aprobación.
Labor de los parlamentarios: El 50% lo desaprueba y sólo el 18% lo valora.
     O sea, la opinión pública los tiene por el suelo.


     Al analizar cómo se están dando las cosas, llego a la conclusión que no entiendo lo que está pasando en Chile ni tener medianamente claro lo que nos depara el futuro.