jueves, 29 de abril de 2010

Laurence Golborne, Ministro de Minería


El domingo pasado, haciendo zapping en la tele, vi una parte de la entrevista que le hizo Tomás Mosciatti (CNN Chile) al nuevo ministro de minería, Laurence Golborne.
Mi primera reacción fue preguntarme ¿quién es ese señor? Pero en el transcurso de la entrevista, me dejó gratamente impresionado.
Sé que para la mayoría de los mortales chilensis, el Ministerio de Minería no es precisamente el que les llama más la atención, pero para quienes hemos estado (o siguen estando) ligados a esa actividad, resulta de interés conocer en que dirección se desea que vaya navegando el barco.
Me llamó la atención, en primer lugar, la propiedad, conocimiento y seguridad con que abordaba los temas que le planteaba el entrevistador (que es bastante quisquilloso). Hasta llegué a pensar que conocía las preguntas de antemano.
Daba la impresión que llevaba mucho tiempo en el cargo, y realmente hacía poco más de un mes que había asumido sus nuevas responsabilidades.
Pensé: debe haber estado por largo tiempo ligado a la actividad minera. Entré a Wikipedia, útil herramienta para desasnar a los poco entendidos en algún tema. Y me encuentro que su carrera profesional la hizo inicialmente en el área de los combustibles (ESSO Chile) y luego saltó al negocio del retail. De minería ¡NADA!
No me queda otra alternativa que concluir que el tipo debe ser brillante.
Fue alumno destacado del INBA, y no nació en Las Condes, Vitacura o Lo Barnechea (que supongo la mayoría de los ministros deben haber nacido por esos lados), sino en Maipú. Sus estudios universitarios los financió con una beca, que terminó de pagar no hace muchos años. Eso sí, es de la Universidad Católica, que es lo que se lleva.
En todo caso, parece ser un ejemplo de esfuerzo y tesón, bien acompañados por la capacidad intelectual con que lo dotó la Madre Naturaleza.
Muy rápido de mente y de palabra. Me hizo recordar a Marco Enríquez-Ominami, aunque al ex candidato las ideas le fluyen más rápido que las palabras, por lo que éstas parecen salir de una ametralladora. En Golborne, me pareció que ambas iban muy rápido, pero a la misma velocidad.
¿Qué pretendo al escribir esta nota? No mucho. Sólo dejar constancia de un hecho que me llamó la atención.
Sr. Golborne: le deseo el mayor de los éxitos en su gestión.