jueves, 25 de diciembre de 2014

Martín Larraín: ABSUELTO


     Un atropello con consecuencia de muerte. Celebración de fiestas patrias donde la ingesta descontrolada de alcohol es la tónica. Dos juicios con fallos absolutamente contrapuestos: Absuelto quien en primera instancia fue declarado culpable y condenados quienes anteriormente fueron considerados inocentes. Declaraciones que resultan dudosas o inverosímiles. Pruebas que en un juicio se consideran pertinentes y en el otro, no.

 

    La justicia no llega a la verdad jurídica. No sé si por incapacidad o en forma intencional.

    No conozco, como cualquier ciudadano común, la verdad de los hechos. Sí percibo una sensación generalizada que queda después de este lamentable hecho, basada en el sentido común:

·        La justicia, quizás por falencias en la legislación, queda una vez más, desacreditada.

·        El  dinero todo lo puede: acallar, ocultar, sobornar. Contra él, nada pueden quienes no cuentan con los recursos para hacerle frente. La ley se somete a su poder.

·         Dada la connotación púbica del padre del acusado, el mundo político se ve una vez más salpicado por un hecho que profundiza la pésima valoración que de él tiene buena parte de la ciudadanía.
 

     El año 2014 marcha a paso decidido hacia su propia extinción. ¿Será posible encontrar una cantidad suficiente de hechos que inclinen el balance general hacia el lado positivo?  

lunes, 15 de diciembre de 2014

¿Dónde está Kurt Martinson?


     La familia Martinson García está viviendo una tragedia familiar: su hijo Kurt despareció el 24 de noviembre pasado en San Pedro de Atacama. Era guía turístico y trabajaba en el hotel Alto Atacama.

 

     Mi  intención al escribir esta nota es hacer llegar a la familia Martinson  García mi solidaridad y la de mi familia en estos momentos de dolor y desesperación y expresar mi ferviente deseo que prontamente se conozca lo realmente ocurrido.

     Nunca se podrá mitigar el dolor de una familia por un hecho como este. Pero ellos y por el bien de Chile, requieren conocer por lo menos la verdad.

 
 

martes, 9 de diciembre de 2014

Chile: ¿amenaza de populismo político?


     Las dos encuestas de opinión divulgadas recientemente (CEP y Adimark) han dado mucho que hablar y han sido motivo de variadas interpretaciones, con bastante prescindencia de objetividad acomodadas a las conveniencias de cada cual.

El Gobierno

     La línea argumental principal en lo que respecta a la caída de la valoración de las reformas impulsadas por el Gobierno y a los atributos de la propia presidenta, va dirigida a errores comunicacionales o que la gente no ha logrado entender los beneficios incuestionables de dichas reformas.  Escaso o ningún asomo de plantearse que el contenido de los proyectos de ley reformistas no cuentan con el apoyo mayoritario que suponían iban a tener.

     Se dice que “el pueblo” eligió una alternativa de gobierno con casi 2/3 de los votantes cuyo programa se dio a conocer. Es cierto: se conocían los títulos (el qué), pero el “cómo” es lo que parece no gustarle a buena parte de la ciudadanía.

La oposición

     Argumenta lo dicho: que el problema está en el contenido y en el “timing” (hemorragia de reformas estructurales de gran importancia en lo que va de gobierno). Y declara que están de acuerdo que hay que hacer esas reformas pero de otra forma. Eso lo interpreto como un oportunismo escuchando “la voz de la calle” y no por convicciones ideológicas; simplemente no es presentable (políticamente correcto) decir que el modelo como está funciona adecuadamente.

     Si unimos a la falta de credibilidad y cohesión del sector, relaciones cuestionables con el mundo del dinero (que es transversal pero golpea más a la derecha), se entiende que la valoración de la oposición esté por el suelo.

Lo que esperaría

     Con esos resultados en mano, lo que esperaría es que los partidos políticos (todos), atendiendo el desafecto expresado por los encuestados, se sentaran a analizar por qué están tan desintonizados con la ciudadanía y se produjera una profunda reflexión por el bien país, estableciendo acciones conjuntas para revertir una situación a todas luces preocupante. Dejando los colores políticos a un lado durante el ejercicio.

     Como están de moda, digamos que se forme una “Comisión de Expertos” de altísimo nivel, cuyo tema fuera: “¿Qué estamos haciendo mal los políticos?”

     Obviamente, una quimera.

Lo más preocupante de las últimas encuestas

     Dos hechos:

1.     Lo dicho: casi un desprecio por las organizaciones políticas y sus personeros.

2.     Que los políticos más valorados resulten ser personajes públicos considerados fuera del esquema político actual: Marco Enríquez Ominami (MEO), Andrés Velasco y Manuel José Ossandón, que si bien éste último tiene militancia política (RN), es abiertamente un disidente (díscolo) de lo que normalmente se entiende como política de derecha.


      Es cierto que la presidenta Bachelet aún está en primer lugar en la valoración ciudadana de los políticos (junto con MEO), pero va en descenso lo que indica que está gastando parte de su capital político.  

 

 

     ¿Cómo puede leerse este hecho? Que las personas no están satisfechas con los políticos que los representan ni la forma como se está conduciendo el país, por lo que están mirando hacia posturas nuevas.

El gran riesgo

     Cuando el descrédito de la política es generalizado, estamos en terreno fértil para que aparezcan figuras carismáticas, con discursos incendiarios que ofrezcan demoler el sistema (¿retroexcavadora?) y ofrecer a la ciudadanía lo que quieren oír, independiente que ello sea razonable y factible, lo que tiene altas probabilidades de poner al país al borde de un precipicio y de dividirlo en fracciones irreconciliables y enemigas (sabemos de eso quienes tenemos ya algunos años).

     Eso es el populismo.

     Un caso cercano que conocemos relativamente bien es el venezolano.

España: populismo ad portas

     España y Chile son países bastante cercanos: cultural, étnica, lenguaje y hasta religiosamente hablando.

     Y España está en serio riesgo de caer en el populismo, dado el malestar de la población y al descrédito de la clase política. Veamos:

      Recién en enero del presente año, se creó el partido “PODEMOS” inscrito oficialmente en marzo de 2014, siendo uno de sus líderes Pablo Iglesias, su secretario general.
Pablo Iglesias

     Es un partido de izquierda anticapitalista, siendo su lema “Convertir la indignación en cambio político”.

     A los 2 meses de su formación, consiguió 5 de los 54 representantes españoles en el Parlamento Europeo.

     En noviembre de 2014 (el mes recién pasado), encuestas posicionan a “PODEMOS” como la primera fuerza política de España en intención de voto, por sobre los dos partidos tradicionalmente predominantes: el PSOE y el PP.

Reflexión:   

     No digo que en Chile sea probable caer en el populismo político, pero dadas las circunstancias, hay que considerarlo por lo menos como una posibilidad.

     No deseo eso ni para Chile ni para España.

     ¡QUÉ ASÍ SEA!