viernes, 21 de febrero de 2014

Gas, agua, electricidad: ¡Qué brutalidad como han subido las cuentas!

     Tiendo a pensar que una parte no menor de lo chilenos tienen la sensación que las cuentas mencionadas suben constantemente de valor. Una muestra más de cómo nos estafa el “sistema”, dirá más de alguno.
     Soy aficionado a las estadísticas y a llevar un registro de algunos hechos de mi interés. Una manera de llenar parte de mi tiempo como pensionado.
     Como el año 2010 me trasladé a vivir a Santiago, desde enero 2011 hasta enero 2014 llevé la estadística de lo que he tenido que pagar por esos tres servicios básicos. Estamos hablando de un período de algo más de tres años.

     Los resultados de los valores unitarios expresados en moneda de diciembre de 2013 son los siguientes:







     Si eres de los que tenía la sensación que mencioné al principio, resulta que por lo menos en Santiago, los valores de esos servicios no sólo no han subido, sino que han tenido una tendencia decreciente en el tiempo. Han sido cada vez más baratos (o menos caros para ser precisos). 

   Las tarifas eléctricas se fijan por ley cada 4 años, correspondiendo un nuevo tarifado desde el 1 de febrero de 2014. Veremos qué pasa para el próximo período.
     Supongo que ahora sí podría venir un aumento de precio por lo menos de la EE y del gas, por las siguientes razones:

1.     La fuerte re evaluación del peso (los combustibles fósiles se importan).
2.     El valor de los hidrocarburos debería tender a aumentar, por ser un recurso no renovable y los nuevos, tener un costo cada vez mayor (mayor profundidad pozos y lejanía de las costas en el caso de los marinos).
3.     La incapacidad del país para definir una política energética, con énfasis en la generación hidroeléctrica y mediante energías no convencionales. Eso nos tiene como el país No. 13 (de entre 124) con la energía más cara del mundo, por lo menos en lo que se refiere a la energía de uso industrial.


     Pero en los últimos 3 años, lo dicho: los precios han tenido una tendencia bastante sostenida a la baja.