miércoles, 4 de diciembre de 2013

Economía chilena: Solidez y sostenibilidad

     La solidez económica de un país es un aspecto de primera importancia para imaginarnos cómo será la situación en 20 o 30 años más. Importante para las decisiones de inversión para la generación de bienes y servicios y también para organizar las finanzas personales: ingresos, gastos y si algo sobra, para invertir.
     Cuando en el año 2000 decidí no seguir teniendo una actividad laboral remunerada y me fui a vivir a San Pedro de Atacama, me imaginé esa situación de futuro y según ella, mis planes me parecieron factibles de lograr y di el paso.
     Por esa razón, la situación económica ha sido uno de los temas que he mantenido bajo análisis y que he compartidos en varios artículos de este blog.

     Chile es reconocido internacionalmente como un país con una economía sana y para muchos, un ejemplo. Yo compartía ese juicio. Pero en los últimos años he visto signos preocupantes que han hecho que mi visión optimista del futuro se haya visto un tanto opacada.
     Ese reconocimiento internacional, por lo que parece, no es compartido por una alta proporción de la población: el “sistema” es considerado por muchos como usurpatorio e ilegítimo y, por lo tanto está, desprestigiado. Como desprestigiado está el mundo político, otro síntoma a considerar pues en él se definen las leyes que deben regir la sociedad. Y para agregarle más pelos a la sopa, desprestigiado está el mundo judicial encargado de hacer cumplir esas leyes. Un cóctel que huele mal.
     Nuestro sistema económico, en su concepción pura, me parece bastante razonable aunque no perfecto. Nos ha llevado a tener una tasa de desempleo que es la envidia de muchos países y a un aumento notable del PIB desafortunadamente mal distribuido aunque los ingresos reales de las familias han aumentado. Hoy el nivel de vida del promedio de los chilenos es muy superior al de hace unas décadas al igual que el nivel de educación de la población. Pero las expectativas son mayores que eso y por lo tanto flota en el ambiente una sensación de insatisfacción y hasta, rebelión.
     Supongo que nadie es contrario en principio a que las mujeres tengan un mayor período de post natal para estar con sus niños, o que se den beneficios a los sectores más vulnerables como la reducción de la cotización de salud en la tercera edad, un aporte estatal a sus pensiones o becas para los estudios. Eso se ha hecho pero no hay que dejar de tener presente que:

·         Esas medidas tienen un costo permanente, financiable si el país sigue creciendo a buen ritmo, diversifica sus fuentes de ingreso y, dicho sea de paso, el cobre mantiene el elevado precio del último tiempo. Si no, nos veremos enfrentado a un serio problema tipo Grecia o España.
·         A las futuras generaciones lo que hay que hacer es enseñarles a pescar y no a darle pescado.

    Sin desconocer los avances que se han tenido ni lo mucho que falta por avanzar, quiero destacar dos situaciones que han hecho un lamentable aporte al desprestigio de nuestra economía: no por ella misma, sino por el mal uso o abuso de quienes han actuado en ella para beneficio personal a costa de ni importa quién y con el convencimiento que en el mundo de los negocios el concepto de ética no existe, poniendo en jaque al sistema.

Ave de rapiña. Para los animales no existe la moral.

 Sumemos la consideración que el Estado no ha actuado en forma eficiente para regular y controlar el sistema, previniendo oportunamente los abusos amparados en buena proporción a la interpretación y aplicación torcida de las leyes y normas que nos rigen. Últimamente, contrario a lo que algunos podrían esperar de un gobierno de centro-derecha, han saltado a la luz pública muchos abusos y han sido castigados. Pero el foco no debe estar en la penalización sino en la prevención de su ocurrencia, con leyes claras, sin vacíos y que se apliquen a raja tabla. Algo se ha hecho pero insuficiente.

 Los altos intereses para créditos

     Cada vez que recibo mi estado de cuenta de la tarjeta de crédito me digo: “Esto no puede ser”.
     Algo bueno que se ha hecho: obligar en todo tipo de crédito que la institución deba indicar el costo anual equivalente (CAE), que es el interés real anual que deberemos pagar por ese crédito.

     En mi último estado (BCI - VISA): si quiero pagar mi deuda en cuotas, me cobrarían un CAE (interés) de 56.59% anual. Ahora si quiero pedirle plata a VISA en el llamado “Crédito Rotativo”, debo estar dispuesto a pagar un CAE de  73.17%. A veces pienso que me están tomando el pelo.
     En el Santander (Mastercard), la cosa es aún peor: 63.60% para pago en cuotas y 85.84% el famoso rotativo.
     Muchas veces una cifra aislada no refleja toda la realidad. Y en este caso hay que comparar cuanto interés están dispuestos a pagarme los bancos si soy yo quien les presto plata (depósito a plazo). Acabo de renovar uno: y me pagarán un interés anual de 3.49%. Todas las cifras son en pesos por lo que para saber el interés real hay que restarle el IPC. Si fuera de 2% anual, entonces al prestarle plata el banco, tendré un interés real de 1.49% anual, mientras que si ellos me la prestan a mí, deberé pagar un interés de a ,lo menos  54.59%: sobre 36 veces.

     De nuevo: “Esto no puede ser”.
     Durante la candidatura de Franco Parisi, sistemáticamente y con fuerza puso ese tema sobre la mesa y en ese aspecto, estaba totalmente de acuerdo con él.

El fondo de utilidades tributarias (FUT)

     Es una franquicia genial para fomentar la inversión en el país y darle dinamismo al crecimiento. Entiendo se estableció en el año 1984.
     Y ahora el programa de gobierno de la “Nueva Mayoría” quiere eliminarlo. La razón: porque ha sido mal utilizado, lo cual es cierto.
     Las empresas deben pagar el impuesto de primera categoría: hoy 20% sobre sus utilidades. Pero al ser distribuidas entre sus dueños o accionistas, deben declararlas en el global complementario, que puede llegar a la tasa de 40%. O sea, si alguien está en esa tasa y las utilidades le son distribuidas, pagará por ellas el 40% de impuesto, menos el 20% que ya pagó la empresa, deberá pagar un 20% adicional.
     El FUT lo que hace es: las utilidades que realmente reciben los dueños o accionistas deben declararlas en el global complementario, pero las que se queda la empresa para re invertirlas, no, por lo que esa parte sólo paga el 20% de impuesto de primera categoría. Pero ahí está el problema: la ley no especifica cómo, cuándo ni dónde invertirla, abriendo la puerta para torcerle la nariz al que fuera el espíritu de la ley.
     Dos casos como ejemplos:

Caso 1: Soy un pequeño empresario, tributo en el global complementario en el tramo del 40%. Si retiro todas mis utilidades pagaré eso: 40%. Mejor dejo una buena parte en el FUT y pago sólo el 20%. Esa planta la invierto en instrumentos financieros en un paraíso fiscal donde no pagaré impuestos por el capital ni los gananciales, digamos Aruba. Abro una cuenta en un banco internacional con una tarjeta de crédito. Y con ella me doy la buena vida viajando por el mundo (o hago otras inversiones), pagando con esa tarjeta y me he ahorrado el pago al fisco de Chile del 20% adicional si hubiera retirado esa plata y gastado en Chile.
Beneficio para el país: CERO.

Caso 2: Un gran empresario, socio controlador de una S.A. Quiero expandir mi negocio y abrir un negocio del mismo rubro en Lima y otro en Buenos Aires. Destino 30% de las utilidades entre los accionistas (es el mínimo definido por la legislación chilena) y el otro 70% lo dejo en el FUT y los invierto en esas dos capitales mencionadas.
Beneficio para el país: CERO.

     Hay muchos otros ejemplos pero con esos dos, basta para ilustrar la situación.
     Por lo tanto, no entiendo que el programa de la señora Bachelet quiera eliminarlo, en vez de poner las reglas para que el objetivo del FUT se cumpla:
·         Que esos recursos sean destinados para invertir exclusivamente en Chile y en actividades productivas que generen valor y empleo, y no en instrumentos financieros (especulativos) y
·         Un plazo para que dicha inversión se materialice.

    Tan simple como eso.

     Digamos que el programa de la “Nueva Mayoría” propone aumentar el impuesto de primera categoría del 20 al 25%, lo que quizás no sea mala idea.

    Y como me gusta tirar palos a quienes los catalogo como merecedores, debo decir que tampoco entiendo que dentro del comando de la señora Matthei se esté barajando (Paul Fontaine) subir el impuesto de primera categoría al 30%, cuando en la oportunidad que se elevó del 15 al 17% su sector político rasgó vestiduras indicando que eso iba a desincentivar la inversión y frenar el crecimiento del país, lo que no ocurrió. Y luego se subió al actual 20% en el gobierno de Sebastián Piñera, no sin cierta resistencia de algunos sectores de la propia Alianza.
     No digo que cuestione las cifras: lo que no entiendo es la actitud.

  Espero que esos nubarrones, se disipen a la brevedad.






6 comentarios:

  1. Estimado Victor:
    Te faltó agregar el tema de las Pensiones, solo ayer El Mercurio decía q el retorno nominal de los Multifondos iban entre el 10,22% (6,8% real) el más riesgoso al 7% (4% real) el más conservador, como promedio anual para un período de 11 años, parece fantástico, las ganancias anuales de las AFPs son de dos dígitos y en cambio el promedio de las Pensiones otorgadas es de 8UF…algo no cuadra en la correlación.

    También agregar el tema de la Salud y de la Educación.

    En fin, aquí hay un uso y abuso por parte de los grupos de poder económicos avalados por los grupos políticos q lo único q conseguirán será el coctel perfecto del descontento, con las concebidas consecuencias, ejemplo reciente: Ciudad de Córdoba en Argentina.

    Todo hace pensar q vamos en curso de Colisión Social q tendrá q enfrentar la Nueva Mayoría.

    Rodrigo Muñoz C.

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  2. Hola Rodrigo. De la educación he hablado en otros artículos; la salud la he tocado poco.
    Sobre las AFP es lo que siempre he sostenido: la rentabilidad ha estado bien. EL PROBLEMA ES LA BAJA DENSIDAD DE COTIZACIONES. He sido majadero en eso.
    Espero que lo de la colisión no se dé, aunque es el riesgo que traté de poner de relieve.
    Saludos.

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  3. Estimado Victor,
    No creo en la colisión social o en algo similar. Las deficiencias nombradas no tienen el peso para generar o especular una inestabilidad nacional, al contrario generan mucha confianza que a pesar de ser un País prospero la gente continué queriendo más. El que no avanza retrocede.
    Una pregunta: ¿Por qué es usurero cobrar 70% tasa de interés? si quieres lo tomas o si quieres lo dejas.
    Entoncs ningún negocio sería negocio. En ese caso nos deberíamos cuestionar a todos los comerciantes que trabajan en compraventa que te aseguró hay muchos que venden a más del doble que lo compran.

    Saludos,
    Francesc Carbone

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    1. Gracias Francesc.
      El teu nom és català. Téns alguna relació amb Catalunya, on vaig néixer?
      Salutacions cordials.

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    2. Mi abuelo es de allá y recibí su mismo nombre.

      Saludos cordiales!

      ¿Estás de acuerdo con cobrar mucho? finalmente cada uno puede elegir si compra o no, aunque lo que dices sobre lo que se cobra por un préstamo con lo que te entregan por prestar es mucha la diferencia, pero insisto que es de libre elección. ¿Qué opinas? la verdad es que no tengo claridad.

      Francesc Carbone

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    3. Es cierto: es de libre elección, por lo que no compro nada a crédito.Pero esa diferencia la considero impropia y lo peor es que esos hechos hacen que el sistema se desprestigie, como digo en el artículo, por el mal uso que muchos le dan.
      Saludos.

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