Nota inicial
Este artículo lo tengo escrito hace unas 2 semanas. Su contenido está en revisión para comentarios y aportes de un gran amigo, especialista en el tema. Sobretodo en lo que se refiere a la bio equivalencia de los remedios genéricos respecto a los de marca (o sea, que sus efectos sean los mismos).
Dado que el tema está en el primer plano noticioso, debido al fallo del Tribunal de la Libre Competencia respecto a la colusión de las grandes cadenas de farmacias, he estimado que es el momento de lanzar el artículo, con la salvedad que en la parte mencionada, lo considero inconcluso. Hay que aprovechar que la población está especialmente sensibilizada sobre la materia para una mayor efectividad de mi modesto aporte.
Así es como está en este momento el artículo, que, aunque inconcluso, creo será de utilidad a más de alguno. Una vez incluidos los elementos faltantes, la publicación será actualizada.
Mi cuñada y una amiga, hace algún tiempo, me enviaron un correo de un caso de una persona que requería un remedio carísimo para sobrevivir. E indicaba que el mismo remedio lo vendían en la farmacia del Hospital de la FACH a un décimo del valor que se encontraba en las farmacias tradicionales.
Me pareció un tema interesante de investigar, que podría además reportarme beneficios personales, dado que la cantidad que debo gastar en medicamentos no es menor.
Recorrí distintas farmacias y comparé precios. Aquí comparto el resultado.
Las farmacias de las grandes cadenas, las llamaré como A, B y C. Las otras, por su nombre.
Para hacer la comparación y no marear con demasiados números, usaré el valor de los remedios que compro mensualmente, el que se compone de 17 medicamentos y elementos accesorios, que llamaré “pack”. Tiene que ver principalmente con el tratamiento de la diabetes, la hipertensión arterial, hipotiroidismo y otros remedios que los médicos empiezan a recetar cuando la edad lo amerita.
Las grandes cadenas (3)
Es donde habitualmente hacía mis compras. El precio mensual del “pack” según la farmacia, dio el siguiente resultado que, o ya lo sabíamos o, por lo menos, lo intuíamos:
En las 3 farmacias, el valor total es muy similar.
En este escenario, la conclusión es idéntica a la que llegué cuando hice un análisis similar respecto a las grandes cadenas de supermercados:
“Compre en el que le queda más cerca, pues el valor de una canasta familiar resulta muy parecido”.
Al respecto, debo mencionar un hecho que me ocurrió hace unos 2 años: por el sistema AUGE, tengo derecho a ciertos remedios pagando una suma ínfima. Mi Isapre tenía un convenio con una de las 3 farmacias grandes, y me sorprendía que al firmar el documento de recibo, los precios que aparecían eran muy inferiores a los valores de lista de esos remedios. Algo así como
entre 20% y 50% menos. Pensaba: “Deben haber llegado a un buen acuerdo con la farmacia”, lo que no dejaba de indicar que el margen de comercialización era muy elevado.
Lo sorprendente es que luego la Isapre cambió el convenio a otra farmacia, y en el recibo aparecían los mismos valores de lista. Algo debe haber pasado para que de un convenio muy conveniente (para la Isapre, yo seguía pagando lo mismo, que es lo que establece la ley), se haya cambiado a otro que le salía mucho más caro. Cosas que uno no alcanza a comprender.
Otro hecho para meditar: Por esas ociosidades de jubilado, en Diciembre de 2010 tomé los valores de los remedios de la Farmacia A: Precio del “pack”:
$178.265. Y su precio en diciembre de 2011:
$229.805.
Aumento de 29% en 12 meses. Si recordamos que el IPC del año 2011 fue de 4,4%, habría que indagar las causas del aumento del valor de los medicamentos. No voy a emitir juicios por no tener los fundamentos para ello.
Farmacia de la FACH
Es la que se mencionaba en el mail y había que dedicarle especial atención.
Está a la entrada del hospital de la FACH, ubicado en Avda. Las Condes, 8631.
En ella se encuentran todos los medicamentos que debo comprar. Agreguemos al gráfico anterior, el resultado del costo mensual de mi “pack” en esa farmacia:
Sí señor, los medicamentos son bastante más baratos, aunque sin llegar ni de cerca a la relación de 1/10 que se mencionaba en el mail.
En mi caso,
el valor mensual resulta un 26% más barato que el promedio de las 3 grandes cadenas.
Hay que hacer una salvedad: seguramente para obtener precios más convenientes, las tiras para medir la glucemia (azúcar en la sangre) y la insulina rápida, son de otras marcas. Por lo que antes de hacer el cambio de la insulina, debo consultar al médico que la recetó. Y para medir la glucemia, deberé comprar otra máquina (la de las nuevas tiras). En el caso de la insulina, mi ahorro mensual sería de $24.000.
Las farmacias de “similares” o genéricos.
Investigué a dos (las direcciones son las que visité, pero hay otras):
• Farmacias del Dr. Simi. Tiene su origen en México, con algo así como 4.000 sucursales en varios países de América Latina. Su creador, el Sr. Víctor González. Providencia 1.470.
• Galénica. Providencia 1.444.
• No fui a la Farmacia Ahorro, que parece ser competidora de la del Dr. Simi, por lo que sus precios quizás sean similares. Bandera 605.
Esas farmacias trabajan sólo con genéricos, que también los tienen las farmacias tradicionales. Pero muchos de los remedios, no los tienen. De hecho, de los 17 del “pack”, sólo 9 los trabajan.
Como dice un letrero del Dr. Simi, “No tenemos todo, pero lo que tenemos, es mucho más barato”.
Veamos si es cierto (el “pack” de 9 remedios).
¡Verificado! Los medicamentos en la farmacia del Dr. Simi, cuestan menos de la mitad que en las grandes cadenas.
Pero si se fijan en los montos (respecto a gráficos anteriores), desgraciadamente los remedios más caros no se encuentran disponibles en las farmacias alternativas.
Y digamos que los genéricos en las farmacias tradicionales, tienen en general precios bajos.
Nota: la bio equivalencia de los remedios genéricos respecto a los de marca, serán incluidas en el artículo cuando estén disponibles.
Lo que recetan los médicos
No pretendo generalizar. Pero pueden darse casos como este, a lo que el paciente debe estar atento.
El Dr. “X”, le receta “Lipitor” de 10 mg a su paciente, para controlar su nivel de colesterol. Va a la farmacia y debe desembolsar $32.490.
El Dr. “Y” hace lo propio con su paciente, que sufre del mismo problema, y le receta “Atorvastatina” de 10mg. La misma farmacia anterior se lo vende y le cuesta $940.
¡Y ambos pacientes están tomando el mismo medicamento!
Hay que decir algo a favor de los remedios “de marca”. La farmacéutica que desarrolla el medicamento, debe recuperar el costo de la investigación y desarrollo, lo que puede tomar varios años y significar una cantidad elevada de recursos económicos (inversión). Y ese costo termina siendo cargado al producto, lo que resulta de toda lógica.
Por su parte, una vez expiradas las patentes, otras farmacéuticas producen el “genérico”, sin otro costo que el de producción y distribución. Lo curioso es que no se traten en ese momento, de equiparar los precios, lo que sería esperable en una competencia de mercado.
Una posible explicación que sólo es una hipótesis: Hay empresas farmacéuticas que invitan a médicos a congresos internacionales, cuya participación es del todo loable y necesaria para mantenerse al día. Y los invitan “all inclusive”. Es posible que en forma tácita o explícita, ese facultativo tenga cierto compromiso de recetar remedios de la farmacéutica en cuestión. Podría ser el caso del Dr. “X”, que decide recetar “Lipitor”.
En el caso del Dr. “Y”, o no lo invitan a congresos o tiene una especial consideración hacia su paciente y prefiere costear su participación a congresos con dinero de su propio bolsillo.
Mi conclusión:
En mi caso particular, lo aconsejable es:
• Comprar en la Farmacia del Dr. Simi los remedios que allí encuentre.
• El resto, adquirirlos en el Hospital de la FACH.
Con estas dos simples medidas,
el costo de mi “pack” mensual, que siempre lo había comprado en alguna de las grandes cadenas,
bajará de $231.000 a $154.623.
Valía la pena el ejercicio.