sábado, 25 de junio de 2011

Economía mundial: algo huele mal.

     Estoy en una etapa en que me planteo la razonabilidad de una exposición a riesgos financieros demasiado altos.

     En muchos aspectos, las economías de los países tienen bastante semejanza con las finanzas familiares.Cuando se gasta más de lo que se gana, lo más probable es que la historia termine mal. Y un alto nivel de endeudamiento, puede llevarnos a que en un determinado momento, no tengamos la capacidad para honrar los compromisos contraídos.
     Hice una revisión de algunos índices mundiales, como puede hacerlo cualquier persona sin objetivos académicos, cuyo resultado pretendo compartir.
     Para empezar, debemos definir los términos que voy a usar.

Deuda pública: es el conjunto de deudas que tiene un estado en un determinado momento frente a particulares y otros países. Como el monto absoluto depende del tamaño de la economía de ese país, se expresa como porcentaje del producto interno bruto (PIB) para dimensionar su importancia.

PIB: es el valor monetario de la producción de bienes y servicios de un país durante un año.

Deuda externa: la suma de deudas de un país hacia entidades extranjeras. Incluye tanto la deuda pública como la privada.

Déficit fiscal: la diferencia entre los gastos de las administraciones públicas y los ingresos para un período presupuestario. Normalmente durante el año fiscal, y nuevamente para medir su importancia se expresa como % del PIB del país.

LA DEUDA EXTERNA

Veamos Gráficamente el nivel de deuda externa de algunos países que me parecieron relevantes (Fuente: CIA, sí, la agencia de inteligencia):

 
Incluí los países que están en el ojo del huracán de la inestabilidad europea, pero en este gráfico omití Irlanda por tener una deuda externa de 1.309% que me distorsionaba la escala del gráfico.


Digamos que en buena medida, la capacidad de endeudamiento de una persona o un país depende de su solvencia, por lo que como índice aislado, puede no decir mucho. O sea, de cuan confiable sea que pagará sus deudas, por lo que no es de extrañar que los países más desarrollados sean los que ostentan las deudas más elevadas. Si vemos el endeudamiento de Haití o Uganda, es muy bajo: simplemente no consiguen crédito por no tener capacidad de pago.

Notable la deuda externa de países latinoamericanos como los mostrados: baja a pesar de no tener grandes problemas para obtener financiamiento. Simplemente su necesidad de endeudarse es baja.

En este tema, hay dos aspectos que quiero resaltar:
1) Si me endeudo para financiar un emprendimiento que será rentable, ¡BIEN! Si lo hago para darme la gran vida cuando mi situación no me lo permite, ¡MAL!
2) Y el endeudamiento tiene el límite de las capacidades de pago basadas en los flujos de caja futuros, que no deja de ser una estimación. Eso no es fácil de juzgar para un aficionado, pero tiendo a pensar que países cuya deuda es entre 2 y 4 veces DE TODO LO QUE PRODUCEN EN DOCE MESES, por más solventes que parezcan, yo diría que es estirar demasiado la cuerda.

LA DEUDA PÚBLICA

La deuda externa es bastante difícil de analizar, dado que incluye tanto la privada como la pública. Pero esta última es bastante más analizable porque en definitiva muestra como se ha comportado un determinado estado en esta materia.
Veamos los resultados:

 
     El nivel de endeudamiento fiscal de muchos países me parece preocupante. Ya vemos como está Grecia: o la rescatan o se hunde y con ella, la zona Euro. Irlanda ya fue rescatada. Portugal y España en zona crítica. En estos países y otros, como Francia, hay planes para ajustar las finanzas públicas, lo que significa, entre otras cosas, aumentar los impuestos; aumentar la edad de jubilación y bajar sus montos, pues el estado no puede seguir pagando pensiones a poblaciones cada vez más longevas; disminuir el aparataje de los funcionarios públicos y sus remuneraciones, lo que significa despidos; disminuir los planes de ayuda y bienestar social….Quedémonos con estos ejemplos. Reacción: convulsión ciudadana, marchas, huelgas. Nadie está dispuesto a pagar las cuentas de un mal manejo, cuando el dinero tendrá que salir de sus bolsillos.


     Y una Alemania, cuya economía parece estar bastante sana y pujante, que se está cansando de tener que pagar las cuentas de otros.

     Digamos que el endeudamiento público en muchos países tiene relación con las medidas de salvamiento y reactivación para paliar la crisis del 2007-2008. El punto puede ser materia de otro artículo.

Raya para la suma: PANORAMA CONFUSO.

EL DÉFICIT FISCAL

Datos de algunos países, en lo que respecta a su déficit fiscal para el 2010 y proyecciones para el 2011:

 
Otros datos interesantes:

USA: Tiene un déficit proyectado para el presente año de 9,8%. Alto, que duda cabe.
Latinoamérica: EL FMI indica que fue de 3,7% el 2009 (medidas anti-crisis), 2,6% el 2010 y proyecta un 2,2% para el 2011. No es un decir que en L.A. las finazas públicas se han manejado adecuadamente.
El Mundo: También datos del FMI: 6,8% el 2009, 6% el 2010 y se espera 4,9% para el año en curso.
Chile: déficit de 0,4% del PIB el año pasado, y para el presente hasta se espera que haya un superávit. No podemos estar mejor.

     Digamos que niveles de déficits que sobrepasen el 4 o 5%, no parecen razonables ni prudentes. Lo positivo es que los gobiernos están tomando acciones para ir reduciendo esas cifras con, como ya dije, poca aceptación ciudadana.

EL CASO USA:

     La deuda pública de Estados Unidos tiene un tope fijado por el Congreso, que en estos momentos está en 14,3 billones de dólares (sí, 14,3 con muchísimos ceros). Hemos visto en las noticias que hay un debate en el Congreso por la propuesta de Obama de subir ese límite. Los republicanos dicen: “Se lo subo, pero Ud. me baja los gastos y no aumenta los impuestos”, y los demócratas: “Si bajo mucho los gastos, freno la economía…”
     Se está pidiendo 2 billones más. ¿Y si no? Dicen que la plata del Estado Norteamericano le alcanza para seguir operando sólo hasta el 2 de agosto próximo.
     ¿Estaba entre lo predecible que la principal economía mundial tenga que decir que se le está acabando el dinero para afrontar sus compromisos?

     Lo dicho no me permite hacer pronóstico alguno. Simplemente pensar que “ALGO HUELE MAL EN DINAMARCA”.

LA POLAR: UN PAR DE REFLEXIONES ADICIONALES

Mi opinión sobre el caso La Polar ya la planteé en la publicación anterior:


http://victorramio.blogspot.com/2011/06/la-polar-un-coctel-de-abuso-dolo.html


Hay dos aspectos adicionales que debo resaltar, en lo a que se refiere al impacto del escándalo y que dice relación con la confianza pública.

Digamos para partir que no es justo juzgar un sistema por un caso que hasta ahora se considera aislado. El tiempo dirá. Pero lo concreto es que hechos como el ocurrido quedan necesariamente en el conciente o inconciente colectivo.

En lo personal: mi actitud era de confianza hacia el sistema económico chileno. En general pensaba que el sistema y las instituciones funcionaban. El caso de La Polar, simplemente me hace dudar. Muchas instituciones (además de personas involucradas), simplemente no funcionaron.

Imagen de Chile: uno de nuestros principales activos a nivel mundial, es ser vistos como serios, responsables y confiables. Me temo que el caso que comento, le ha hecho un flaco favor a nuestra imagen. Puede que no se venga abajo (eso espero), pero no dejar de ser una mancha en nuestra hoja de vida.



Es de esperar que las autoridades y la justicia operen apropiadamente, y los responsables deban pagar tanto en lo penal como en lo civil, respondiendo con su libertad y su patrimonio cuando corresponda. Y sea un ejemplo para evitar repeticiones similares a futuro, como fueron los 150 años de condena y el congelamiento de todos sus bienes de quien hizo la mayor estafa individual de la historia: Bernard Madoff.


lunes, 13 de junio de 2011

La Polar: un cóctel de abuso, dolo, negligencia, incompetencia, inmoralidad y frescura.

      Por ser partidario de la libertad, la libre determinación y también del libre mercado con el control efectivo del Estado para evitar abusos de los “grandes” hacia los “chicos”, casos como los de La Polar me sacan de quicio.


La compra a crédito: Sólo para poner las cosas en contexto, gastar más de lo que se gana, o gastar hoy con lo que supongo ganaré mañana, me parece una práctica nefasta. La sociedad tiene hoy internalizado como normal ese mecanismo. Personalmente me niego a aplicarlo.
     Prefiero usar una sola tarjeta de crédito para hacer todas mis compras, y pagar el 100% de la deuda todos los meses. La cartola me lo dice claramente: “Interés para el próximo período (se refiere al mes siguiente), 4,10%”. Claro como el agua: eso corresponde a un interés compuesto anual del 62%. Tendría que estar fuera de mis casillas para encontrar atractiva ese tipo de oferta.

     Si uno ve la información de los bancos para créditos de consumo en pesos, digamos que el rango de interés anual parece estar normalmente entre 20 y 40%.
     Las cifras dadas, me indican que las tasas de interés están en un rango “abusivo”, para usar un término lo más suave posible.
     Pero: ¿quién me obliga a pedir plata prestada? NADIE. Así que quien pide prestado, debería tener el panorama absolutamente claro antes de dar el paso; no sólo basarse en lo que le dice el ejecutivo de la institución financiera, sino leer todo lo que va a firmar, con lupa en mano (para ver la letra chica).

Nota: excluyo de mi juicio a quienes frente a una emergencia, deben acudir a un préstamo por no tener otra alternativa. Pero deberían tener acceso a él en términos que pudieran catalogarse como razonables.

La repactación automática de la deuda. Cuando alguien se atrasaba en el pago de sus cuotas, es lo que hacía automáticamente La Polar. Con intereses mucho más altos que los iniciales que, ya dije, son elevadísimos e irracionales, llevando en casos que la deuda inicial ahora esté multiplicado por 5 o 10 veces.
     Dudo que haya sido una decisión unilateral de la empresa, pues sería la ley de la jungla que un contrato pudiera modificarse por la sola determinación de una de las partes firmantes. Mucho me temo que en el contrato del crédito, el tomador haya autorizado al acreedor a hacer dicha repactación en forma automática.

¿Qué falló en este caso?

Desgraciadamente, casi todo (ya mencionaré el casi más adelante).

La plana ejecutiva de la empresa, básicamente por establecer intereses usureros (esto es inmoral, pero no ilegal), y lo más grave, por manejar malintencionadamente los estados de resultados mostrando cuentas por cobrar que no eran tales y por lo tanto entregando niveles patrimoniales y de utilidades falsas (eso sí es ilegal y constituye dolo). Algunos han llamado a esto “malas prácticas”. Para mi constituye una inmoralidad y una frescura sin nombre. Y aunque no tengo la seguridad, es probable que otra responsabilidad de la administración haya sido el otorgamiento de crédito a personas que no podían responder a ese compromiso (manga ancha).

El Directorio de la empresa, por no haberse dado cuenta de esa “mala práctica” (como esa es una de sus funciones, sería negligencia o incompetencia), o, más grave aún, si hubieran sido cómplices de ese mal proceder.

La auditoría interna de la empresa, cuya función es velar por la correcta aplicación de la ley y las políticas corporativas, quedando nuevamente la duda si se trata de incompetencia, negligencia o complicidad.

La empresa de auditoría externa, encargada de revisar y avalar los estados financieros de la empresa. En la prensa ha aparecido que fue PwC, cuya sigla a muchos puede indicar poco. Pero se trata de la ex conocidísima Price Waterhouse, que en el año 1998 se fusionó con Coopers & Lybrand, hoy Pricewaterhouse Coopers, con sigla PwC.
     Dicha empresa, en su revisión de los Estados Financieros Consolidados al 31 de diciembre de 2010, indica: “En nuestra opinión, los mencionados estados financieros consolidados presentan razonablemente en todos sus aspectos significativos, la situación financiera consolidada de Empresas La Polar S.A……de acuerdo con las Normas Internacionales de Información Financiera”. Opinión que hoy sabemos, no puede estar más alejada de la realidad.

Notas: esa es una redacción prácticamente estándar de todos los auditores externos.
            Ahora el directorio encargó una auditoría a Ernst & Young.

Las compañías aseguradoras de riesgo, que sólo en fechas muy recientes, cuando ya se sabía que la olla estaba a punto de destaparse, pusieron algunos signos de duda sobre la clasificación de riesgo de La Polar.

La Superintendencia de Valores y Seguros y la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras cuya misión es velar por la correcta aplicación de las leyes y normas aplicables, pero no se enteraron de las “malas prácticas” que se comentan, y por lo tanto no le pusieron freno a tiempo.

     Copio la misión de la SVS:
     “Resguardar los derechos de los inversionistas y asegurados para propender al desarrollo de los mercados de valores y seguros a través de una regulación y una fiscalización que facilite el funcionamiento de éstos, de manera confiable y transparente”.

     Y el mandato legal de la SBIF:
     “El mandato que le impone la Ley General de Bancos a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), es supervisar las empresas bancarias y otras instituciones financieras, en resguardo de los depositantes u otros acreedores y del interés público”.

     Entiendo que los recursos de los organismos del Estado no son ilimitados, y no ha de ser fácil mantener a todas las empresas absolutamente controladas. Pero por la razón que haya sido, lo concreto es que no fueron capaces de detectar un problema que, al parecer, viene arrastrándose por un período prolongado.

• Y no por ser las víctimas, dejan de tener cierta cuota de responsabilidad, los usuarios de la tarjera de crédito de La Polar, por endeudarse más de lo que sus posibilidades se lo permitía y por haber firmado compromisos sin darse cuenta que se estaban poniendo la soga en el cuello.

Lo que no falló:

     El buen ojo de un grupo minoritario de accionistas, que detectaron que las cosas no estaban claras, contrataron a un estudio de abogados, alertaron a la SVS y SBIF, lo que llevó a una demanda colectiva del SERNAC en contra de la empresa de retail.

ALGUNAS ENSEÑANZAS:

• Lo ya dicho: cuidado con endeudarse más allá de las capacidades de cada cual y conocer con certeza las reglas que se están aceptando.
• La importancia que los consumidores e interesados estén atentos y dispuestos a actuar en aquellos casos en que sus intereses puedan verse afectados. Hay mecanismos para ello.
• Dar a conocer públicamente los abusos que puedan estar cometiéndose y agotar todos los medios para revertir la situación y compensar a los afectados. La pasividad es tierra fértil para la ocurrencia de “malas prácticas”. La voz de la ciudadanía tiene que ser oída y hoy más que nunca, hay muchos mecanismos para ello.
• Los consumidores deberíamos castigar a quienes nos proporcionan bienes o servicios teniendo en cuenta sólo sus intereses y no los nuestros. Un adecuado equilibrio entre ambos debería ser la norma.

LO QUE ESPERO:

     Que una vez se tenga absoluta claridad sobre lo ocurrido, los responsables deban asumir las penas que establece la ley en estos casos; algo parecido a lo ocurrido con la colusión de las farmacias hace ya algún tiempo. Sólo así se obligará a los inescrupulosos, a pensarlo dos veces antes de lanzarse a aventuras que podrían salirles muy caras.