miércoles, 13 de enero de 2010

Enríquez-Ominami se decide: Apoya a Frei.

El tema político no me es indiferente, pero prefiero no hacer declaraciones que pudieran mancillar mi auto declaración de independiente.
Debo reconocer que propuestas nuevas sobre visiones de futuro me resultan de interés, lo que no significa que las suscriba. Pero cuando hay aire fresco, lo peor que puede hacerse es cerrar la ventana.
Me resultó interesante hace unos años, la propuesta de “Chile Primero” (Flores- Schaulson) que estimo no alcanzó a tomar vuelo y no lo veo como protagonista relevante del futuro político de Chile.
Antes, no diré que atrayente pero por lo menos “curiosa”, la postulación de Fra Frá Errázuriz a la presidencia, su posición de Centro-Centro y la eliminación de la UF de una plumada (concepto que no compartí ni remotamente).
Igualmente de interés fue la irrupción, hace unos meses, en la escena de las elecciones presidenciales, de Marco Enríquez-Ominami (MEO), su contenido programático y el resultado obtenido en la primera vuelta. Pintaba como una propuesta que lograría consolidarse y transformarse en actor relevante a poco andar.
Hoy se supo que le dio su apoyo a Eduardo Frei en la segunda vuelta.
No es de extrañar que pueda tener, digamos, una menor distancia respecto a Frei que de Piñera. Me imagino que fue por optar por la alternativa, para él, menos mala.
Pero apoyarlo públicamente me parece que echa por tierra mucho de lo dicho durante la campaña de la primera vuelta y, dentro de mi escasa o nula competencia en análisis políticos, creo que para él y sus seguidores, tendrá un altísimo costo político.
Respecto a la campaña presidencial que está pronta a concluir, dos de los términos más utilizados no alcanzo a entender su significado: cambio y progresismo.
Sea quien sea electo, habrá un cambio. Y todos los candidatos sin excepción, aspiran al progreso de Chile.

1 comentario:

  1. Muy interesante tu analisis, del punto de vista conceptual. Sé que no eres periodista ni analista político, por ello esperaba algo mas profundo y personal. El resto, interesante, pero sabido.
    Gabriel

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