El gobierno, el Congreso y todo tipo de
organizaciones se encuentran analizando y diseñando propuestas para reformar el
sistema de pensiones, a partir de la explosión del tema en las últimas semanas,
gatillada por un lado por las bajas pensiones que está dando el sistema y por
el otro, la pensión millonaria de una funcionaria de Gendarmería, la Sra. Olate,
adscrita a otro sistema, mal llamado de reparto, en que el Estado debe aportar
con el 90% de su financiamiento.
Como he estado por años deambulando por
nuestro sistema previsional y su intrincada normativa, creo poder aportar con
mi propia propuesta. La presentaré en 3 partes, para no extender cada
publicación más allá de lo razonablemente digerible.
El gobierno se vio enfrentado a la
necesidad no sólo de abordar el tema en profundidad, sino aceleradamente dada
la efervescencia social que se ha producido. Mérito del movimiento “No + AFP”
que, si bien considero está con un enfoque equivocado, con marchas masivas,
coloridas y sin desórdenes, ha puesto el problema en primera prioridad
nacional, de lo que me alegro.
La Presidenta Bachelet anunció la
determinación del Gobierno de abordar el tema y dio ciertas directrices para el análisis en el
anuncio realizado el pasado 9 de agosto.
Diagnóstico y visiones compartidas
Parece haber un amplio consenso que:
·
Las
pensiones que se están obteniendo en la mayoría de los casos son paupérrimas y
están condenando a muchas personas a una vejez de pobreza.
·
El
sistema vigente requiere ser reformulado con urgencia.
·
Debe
poder aumentarse las pensiones en forma inmediata, pues el problema lo tenemos
hoy y no es algo que vaya a ocurrir a futuro.
·
La
cotización actual del 10% del sueldo imponible es insuficiente.
·
Las
pensiones deben ser financiadas en forma tripartita por cotizaciones
personales, por aporte patronal y del Estado.
·
La
propuesta de la Presidenta de aumentar la cotización en 5% del sueldo imponible
de responsabilidad del empleador ha tenido en general, buena acogida. En forma
gradual en un período no mayor a 10 años. Suscribo la propuesta.
·
La
solución debe encontrarse por medio de un amplio debate nacional, logrando un
gran y mayoritario acuerdo.
Las discrepancias
Deberán ser cuidadosa y fríamente
analizadas y evaluadas durante el proceso.
Ø El destino de ese 5% adicional. Unos
dicen debe ir 100% en ayuda de los más desposeídos. Otros, todo a las cuentas
individuales. Y creo que una buena parte (me incluyo) que debe ser distribuido
con lógica y equidad.
Ø Las causas de las bajas pensiones.
Muchos encuentran que las causantes son las AFP y, sin medias tintas, abogan
por su total eliminación. “NO + AFP”.
El diagnóstico de las causas es vital para encontrar una solución apropiada y
viable en el largo plazo.
Ø Lo que hay detrás de los conceptos
“sistema solidario” y “seguridad social”, muy asociados a los sistemas de
pensiones.
PONIENDO EL TEMA EN CONTEXTO
Son
muchos los considerandos que hay que tomar en cuenta para abordar el problema.
Destacaré algunos que me parecen de especial relevancia:
·
Al
30 junio de 2016, la suma de los fondos de pensiones era de 167.836 millones de
dólares, de los cuales sólo 1/3 corresponde al aporte de los cotizantes, y 2/3
a la rentabilidad obtenida. O sea las AFP multiplicaron por 3 los aportes de
los trabajadores. Dicho de otra forma, el sistema de capitalización individual
tiene 3 veces mayores recursos para financiar pensiones que uno de reparto, en el
que lo que se recauda se distribuye inmediatamente para pagar las jubilaciones (no genera rentabilidad).
·
Según
la Superintendencia de Pensiones (SP), a Junio 2016, las pensiones promedio,
considerando sólo la parte autofinanciada, fueron:
·
Sistema
capitalización individual: $207.382
·
Sistema
de reparto antiguo (IPS): $203.842
Considerando los
aportes estatales, esos montos suben apenas a $220.296 y $233.236
respectivamente.
Esas cifras no
incluyen las 172.531 pensiones financiadas totalmente con el Aporte Pilar
Solidario (estatal, reforma del 2008) y cuyo monto a partir del 1 de julio de
2016 es de $93.543.
El punto: ambos
sistemas parecidos e igualmente malos. Luego: ¿será cierto que el problema está
en las AFP?
·
Las
cifras hay que manejarlas con seriedad. Se escucha decir que si las personas en
edad laboral se divide por el número de pensionados, el sistema de reparto
funciona. A junio de 2016 esa relación era de 5,68, y por lo tanto con una
cotización algo menor al 20%, da para pagar pensiones en promedio igual al de
las rentas imponibles.
·
Pero
resulta que a ese mismo mes (y así ha sido siempre), sólo el 51% de los
afiliados a los sistemas previsionales cotizó. Y si hoy, que es para financiar
la propia pensión, la mitad de las personas no cotiza, menor es el incentivo si
esa cotización es para pagar la pensión de los ya jubilados. Por lo tanto, la
cifra que hay que considerar resulta de dividir la cantidad de cotizantes
por la de pensionados, y esa relación es de apenas 2,96. O sea, 3 activos
deberían financiar a un pensionado en un sistema de reparto, situación que como
es sabido, irá empeorando en el tiempo por el aumento de las expectativas de
vida y baja tasa de natalidad. Eso es inviable.
·
Hablar
de “sistema de AFP” es un error. Ellas son meras administradoras de los fondos
cotizados, recaudándolos, rentabilizándolos y luego pagando las pensiones o
transfiriendo el capital a una aseguradora si el pensionado opta por una renta
vitalicia. El sistema es “de capitalización individual”.
·
Algo
claro: el sistema de capitalización individual no tiene ningún componente
solidario. Eso trató de corregirse en la reforma del 2008 pero con fondos del
fisco (impuestos de todos los chilenos) y fue insuficiente.
·
Datos
de importancia: a partir del 1 de julio de 2016, el pilar solidario creado en
la reforma de 2008 tiene los siguientes valores:
ü Pensión básica solidaria (PBS): $93.543
(la mínima asegurada a todos quienes se pensionan). Si alguien puede financiar
una pensión por un monto menor, el estado pone la diferencia.
ü Pensión máxima con aporte solidario:
$304.062 (sobre ese monto no hay aporte estatal). Hay una forma para calcular
el aporte solidario; no es que las pensiones se lleven a ese monto.
·
Los
cálculos los realizo tomando la foto de junio de 2016, con valores oficiales de
la Superintendencia de Pensiones, considerando tanto cotizantes como
pensionados la suma de ambos sistemas (AFP+INP), dado que es la situación real
hoy y que los afiliados al antiguo sistema irán desapareciendo en el tiempo
(hoy son 668.178. En diciembre 2010 eran 761.855).
·
Esos cálculos deben ser proyectados
en el tiempo haciendo los cálculos actuariales correspondientes.
·
Sobre
el aumento de cotización, casi 2/3 de personas consultadas (encuesta) indicaron
que debería ir a mejorar sus propias pensiones (cuentas individuales). No
afloró un sentido mayoritario de solidaridad.
·
Encuestas
muestran que sólo 1/3 de los chilenos sabe que el capital cotizado en las AFP
le pertenece (muchos creen son de las AFP o del Estado). Un alto porcentaje no
sabe en qué fondo está y algunos hasta ignoran en que AFP están cotizando.
Un caso patético fue la declaración del senador Navarro en el
programa MHCC, que ante la pregunta del conductor si sabía qué comisiones le
cobraba su AFP, indicó:
“Me importa un bledo lo
que me cobra mi AFP. Yo quiero cambiar el sistema”.
El conductor, Matías del Río le comentó que si él que era
senador de la República no sabía esos datos, ¿qué podía esperarse de los demás
chilenos?
Queremos
cambiar un modelo sobre el que la ignorancia es impactante.
·
En
mi artículo anterior comenté el error del diputado Espinosa en la misma Cámara,
al decir que el año 2008 los cotizantes perdieron la mitad de sus ahorros,
cuando esa cifra (40%) corresponde solamente a quienes estaban en el Fondo A.
Pues bien, en el mismo programa y el mismo senador Navarro, no sólo dio el
mismo dato, sino que agregó, “el sistema
te robó la mitad de tus fondos”, como si las AFP se hubieran embolsado ese
capital. Espero que en el debate nacional, no se manejen las cifras y
argumentos al antojo y según la conveniencia de cada cual, caso contrario, no
llegaremos a buen puerto.
·
Y
por último, actitudes difíciles de entender:
ü Se habla de comisiones usureras de
las AFP. Con la competencia introducida en la reforma de 2008, bajaron
significativamente quienes ganaron la licitación. La última, de Planvital, es
de 0,41% lo que a mi juicio es muy baja. La mayor, Provida, 1,54%. ¿Cuántos se
cambiaron a Planvital en busca de menores comisiones?: poquísimos.
ü Y el vocero de No + AFP, Don Luis
Mesina, hizo un llamado a que todos se cambiaran al Fondo E para dar un duro
golpe a las AFP. Un absurdo que puede perjudicar los propios trabajadores. Lo
que debería haber hecho es sugerir que todos se cambiaran a Planvital por sus
menores comisiones. Está claro que la meta pareciera ser destruir las AFP
relegando la mejoría de las pensiones a un segundo plano. Y ponen en sus
argumentos el cuestionamiento del modelo económico.
MI APORTE: UNA
PROPUESTA
Las bases
sobre las que he trabajado:
a)
Considerando de justicia introducir el
concepto de solidaridad intergeneracional: que quienes trabajan hoy aporten a
los jubilados de hoy.
b)
La propuesta de aumentar la cotización en 5%
del sueldo imponible con cargo al empleador que me parece apropiada.
c)
Tender a simplificar el sistema previsional,
hoy complejo y muy difícil de entender para la mayoría de las personas.
d)
Soy contrario a separar en grupos los
beneficios, como hablar del 80% más pobre (Comisión Bravo). Se presta a manejo
de las fichas de precariedad para caer en el grupo de los favorecidos. Y es
injusto: el que esté en el 79% de menos recursos y el que pertenezca al 81%,
tienen una situación económica casi idéntica. Y el primero es elegible para el
beneficio y el segundo, no. Simplicidad y eliminación de resquicios que
permiten burlar los sistemas.
e)
El principio que además del compromiso
solidario, quienes aporten a la mayor cotización también reciban por lo menos
parte de los beneficios (mejores pensiones).
f)
Es imposible pensar que con el mínimo esfuerzo personal se obtengan buenas
pensiones.
g)
Aumentar el tope imponible de 74,3 UF a 109,8
UF como lo propuso la Comisión Bravo. Eso tiene impacto fiscal al ser libre de
impuestos.
h)
Tratar de eliminar incentivos perversos que
tiene el sistema actual.
i)
Calcular las pensiones con mecanismos
humanamente correctos y no matemáticamente perfectos haciendo
abstracción que se trata de los ingresos de los ancianos para su subsistencia.
Me refiero a la normativa como calcular las pensiones mediante el
incomprensible y nefasto “CNU”.
j)
Poner nuevos recursos a ser administrados por
las AFP causaría un rechazo en muchos. Por lo tanto debe pensarse sean
manejados por otro ente de carácter estatal.
LA
PROPUESTA. PARTE 1
Los datos base
para las cifras que se muestran, los pongo como tablas al final para no llenar el
artículo de números. Corresponden a información oficial de la SP.
En esta Parte 1 se muestra el destino del 3%
del aporte adicional de 5%.
En la Parte 2 le daré destino al otro 2%, y
en la 3, comentaré otras propuesta
que fueron hechas por la Presidenta.
La propuesta
para ese ítem es la siguiente:
A.
La cotización adicional del 3% va a un fondo
común, llamémosle Fondo Común Solidario (FCS).
B.
El Fondo será administrado 100% por el
Estado, ya sea por medio de la propuesta de una AFP Estatal o el nombre e
institucionalidad que se determine. Se fija una comisión de administración de
0,41%, igual a lo que cobra actualmente Planvital y que casualmente es la misma
establecida en el sistema sueco.
C.
Se eliminan los conceptos de pensión básica
solidaria (PBS) y aporte previsional solidario (APS), manteniendo el actual aporte
estatal en cuanto a monto, el que se suma al FCS.
D.
Mensualmente se distribuye el monto total
recaudado en partes iguales y entre todos los pensionados. Todos quienes
cotizan colaboran y, a futuro, también tendrán los beneficios del FCS.
No se hace distinción entre los distintos
tipos de pensiones: vejez, vejez anticipada, sobrevivencia, invalidez,
orfandad. Ni por sexo, edad o nivel de ingresos. Todos parten de un piso que es
de $118.234 (4,54 UF).
Se podrá decir: ¿y dónde
está la solidaridad? En que cada cual aporta en la medida de sus ingresos. Quien gana $200.000 su aporte será de $6.000
y el que tiene un sueldo de $2.000.000,
aportará con $60.000. Y ambos, al pensionarse, recibirán el mismo monto.
E.
Todos los pensionados recibirán una pensión
que será la suma de su parte autofinanciada más los $118.234 provenientes del
FCS.
F. El efecto es inmediato, con la salvedad que
si te toma el plazo de 10 años para la implementación total del sistema, ese
fondo estará en régimen el año 6. Se puede implantar en forma paulatina entre
los años 1 a 6 con un esquema del siguiente tipo (cálculos preliminares según
información de página WEB de SP):
·
El primer año, solamente subir las pensiones
de quienes tengan la PBS: de $93.543 a $118.234 (26%).
·
A partir del segundo año y hasta el 4º, subir
las pensiones del grupo con beneficio de APS (pensiones inferiores a $304.062,
la máxima con APS): con una pensión base de $118.234 más la pensión
autofinanciada.
·
El 5º año, aplicar el mismo criterio a
quienes tengan una pensión entre $304.062 y $422.296
·
Y al 6º año el sistema está en régimen y la
modalidad propuesta se aplica a todos los pensionados.
Otra opción es que desde el
principio el Estado asuma la diferencia los primeros años con fondos fiscales. En ese último caso, el primer año el
aporte estatal adicional sería de 0,72% del PIB, bajando linealmente hasta 0 el
año 6.
En el Informe Comisión Bravo, alternativa A, se indica que el mayor
aporte del Estado sería del 0,2% del PIB en forma permanente. En la presente
propuesta, el mayor aporte es sólo por
los 5 primeros años. A régimen, no requiere aportes estatales adicionales.
G.
Como resultado, las pensiones actuales y
futuras se verían incrementadas como se muestra en el siguiente gráfico (hacer "click para aumentar tamaño):
Quien no haya
cotizado nunca, tendría una pensión mínima garantizada de $118.234 (4,54 UF) en
vez de los actuales $93.543, un aumento de 26%. La Comisión Bravo proponía
aumentar la PBS en un 20%.
Aquí se
observa uno de los incentivos perversos del actual sistema: recibe la misma
pensión quien no ha cotizado nunca como quien pudiera financiar una pensión de
$60.000, lo que equivale a tener unos 12 milones de pesos en su cuenta de
capitalización individual. El sistema propuesto corrige esta situación.
El aumento
porcentual de las pensiones de los casos expuestos se muestra a continuación.
El porcentaje disminuye a medida que las pensiones son más altas.
H.
Otra opción, que tiendo a no compartir, es
mantener el actual sistema de PBS y APS y solamente aumentar la pensión en
forma igualitaria correspondiente a la mayor cotización del 3% que son $64.636
por pensionado, y las nuevas pensiones serían las siguientes:
En este caso la pensión básica solidaria
aumentaría a $158.179, un 69% de incremento.
I.
La
parte de la pensión financiada por el FCS será pagada al beneficiario directamente por el nuevo organismo estatal
creado, mientras que las autofinanciadas, serían pagadas por la AFP o la
aseguradora en caso de las rentas vitalicias, como se hace actualmente.
En el próximo artículo haré la propuesta
de cómo manejar el 2% restante de la cotización adicional.
TABLAS DE DATOS Y
CÁLCULOS