Tiendo a pensar que una parte no menor de
lo chilenos tienen la sensación que las cuentas mencionadas suben
constantemente de valor. Una muestra más de cómo nos estafa el “sistema”, dirá
más de alguno.
Soy aficionado a las estadísticas y a llevar
un registro de algunos hechos de mi interés. Una manera de llenar parte de mi
tiempo como pensionado.
Como el año 2010 me trasladé a vivir a
Santiago, desde enero 2011 hasta enero 2014 llevé la estadística de lo que he
tenido que pagar por esos tres servicios básicos. Estamos hablando de un
período de algo más de tres años.
Los resultados de los valores unitarios
expresados en moneda de diciembre de 2013 son los siguientes:
Si eres de los que tenía la sensación que
mencioné al principio, resulta que por lo menos en Santiago, los valores de
esos servicios no sólo no han subido, sino que han tenido una tendencia
decreciente en el tiempo. Han sido cada vez más baratos (o menos caros para ser
precisos).
Las tarifas eléctricas se fijan por ley cada
4 años, correspondiendo un nuevo tarifado desde el 1 de febrero de 2014.
Veremos qué pasa para el próximo período.
Supongo que ahora sí podría venir un
aumento de precio por lo menos de la EE y del gas, por las siguientes razones:
1. La fuerte re evaluación del peso (los
combustibles fósiles se importan).
2. El valor de los hidrocarburos debería
tender a aumentar, por ser un recurso no renovable y los nuevos, tener un costo
cada vez mayor (mayor profundidad pozos y lejanía de las costas en el caso de
los marinos).
3. La incapacidad del país para definir
una política energética, con énfasis en la generación hidroeléctrica y mediante
energías no convencionales. Eso nos tiene como el país No. 13 (de entre 124)
con la energía más cara del mundo, por lo menos en lo que se refiere a la
energía de uso industrial.
Pero en los últimos 3 años, lo dicho: los
precios han tenido una tendencia bastante sostenida a la baja.