La primera parte de este artículo, versaba sobre el movimiento estudiantil chileno. Era un tema digno de abordar y un excelente ejemplo introductorio a la situación que está viviendo el mundo.
Rápida mirada a la historia.
La historia del hombre ha estado plagada de guerras y convulsiones. Y es probable que esta situación se mantenga a futuro. El hombre no parece ser pacífico, razonable y fraterno por naturaleza.
El punto: entre períodos relativamente estables (ya sea por haber sido impuestos a la fuerza o porque a ratos parecemos civilizados), aparecen las convulsiones. Y cuando esas convulsiones son internas, generalmente le siguen regímenes dictatoriales.
La causa: en las revoluciones masivas, se destruyen las instituciones y reglas (buenas o malas) que rigen la sociedad. Es el objetivo. Desparecen los mecanismos regulatorios y de toma de decisiones. Se produce el caos y la anarquía. La única forma que la sociedad retome un curso determinado (distinto al que se destruyó), es mediante el totalitarismo. Hay que poner orden y el consenso, si no hay normas, simplemente no es possible.
Un par de ejemplos relativamente cercanos, que tuvieron impacto mundial y conocido por la mayoría, fueron:
La revolución francesa (1789):
Sus causas, como todas las revoluciones, tuvieron causas políticas (monarquía absoluta y despótica), sociales (clases sociales totalmente desiguales, en sus derechos, en sus obligaciones y de estatus) y económicas (hambre para la mayoría y abundancia para las clases dirigentes)
No creo que haya hoy quien piense que dicha revolución no se justificaba. Pero luego vino lo que dije: el caos y la dictadura en su máxima expresión: el Régimen del Terror (1793-1794) encabezado por Robespierre. Fusilamientos masivos de los bandos que se oponían; la guillotina. Dicen que 40.000 muertos.
El fervor ideológico llegó a extremos impensados. Danton, figura importante en la revolución, por ser realista (de real, no proclive al rey), fue juzgados por sus propios colegas revolucionarios y condenado a la guillotina. Me recuerda a la ópera Andea Chenier (que he visto un par de veces), de Umberto Giordano, ambientada en esa época y con una actitud similar a la de Danton: revolucionario pero racional. Igual: guillotina, un par de días antes que cayera el régimen.
Marat: otro personaje relevante y revolucionario a ultranza. Asesinado por una oponente. Luego ella es condenada a la guillotina.
Finalmente, Robespierre. Una vez dijo:"El terror, sin virtud, es desastroso. La virtud, sin terror, es impotente. Terminó siendo condenado y su cabeza fue víctima de la guillotina (1794), que era lo que se usaba en esa época.
Con el régimen napoleónico (1799), se calman las aguas. Pero no olvidemos que fue un emperador vitalicio, cargo además hereditario (una especie de monarquía pero con otro nombre). Ya sabemos que la historia quiso otra cosa, y terminó desterrado
La revolución rusa de 1917.
Seré breve. Causas bastantes similares a las mencionadas en el caso francés, aunque con diferencias ideológicas sustanciales. Resultados: totalitarismo y ejecución de los opositores (en el mejor de los casos, prisión perpetua o destierro). Régimen duró nada menos que hasta 1991.
Figuras relevantes: Lenin, Marx y Stalin por un lado. Por el otro, Rasputín y el zar Nicolás II, fusilados él y toda su familia (1918), junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño.
PASEMOS AL PRESENTE
Vivimos otros tiempos, pero no por eso debemos olvidar las enseñanzas de la historia.
Hoy siento que vivimos en medio de un ambiente inestable, impredecible, lleno de requerimientos sociales que exigen cambios estructurales profundos.
Digamos que los cambios pueden ser necesarios por la propia evolución de la humanidad y las sociedades (normalmente, cambios paulatinos y no traumáticos), o bien por errores garrafales de la clase dirigente o que detenta el poder: falta de visión, realismo, capacidad de satisfacer los requerimientos y expectativas de los dirigidos, y en no pocos casos, el ansia de poder y de perpetuarse en él. Estas situaciones pueden llevar a un quiebre de la sociedad (como pasó en Chile el año 1973), conmoción y caos, con períodos de transición y consecuencias difíciles de predecir. Como pasó en los dos casos comentados.
En el mundo de hoy, hay situaciones explosivas que se están dando en distintas partes del planeta. Estallan en uno y otro lado, casi sin previo aviso. Están en pleno proceso de desarrollo.
No todas tienen una causa básica común, aunque en todas podemos distinguir factores políticos, sociales y económicos, los que necesariamente se entrecruzan.
Sé que cualquier análisis que haga, siempre será parcial y podrían decirse muchas cosas más. Pero veamos algunos aspectos, aunque sean sólo pinceladas de situaciones mucho más complejas.
Aspiraciones democráticas y abolición del totalitarismo
Es lo que está ocurriendo en el norte de África y varios países árabes: Túnez, Egipto, Siria, Libia (hoy se supo que Gadhafi está a punto de caer), Yemen. No está claro que el efecto dominó no contagie a otros países. Por lógica, debería darse, pues en esa zona del mundo, la concentración del poder político y económico en pocas manos es más la regla que la excepción y ese estado sólo puede mantenerse con regímenes autoritarios. Ni tampoco es claro que, a poco andar, la deseada democracia no se transforme en otro tipo de totalitarismo.
Situación económica al borde del colapso
Dardos apuntan principalmente a los países desarrollados. Lo he comentado en varios artículos, el último de los cuales está en:
http://victorramio.blogspot.com/2011/08/la-irresponsabilidad-de-los-paises.html
Tan simple como que esos países no tenían la capacidad para sostener sistemas sociales como los que diseñaron: salud, educación, jubilación, beneficios laborales y sociales. ¡La aspiración de muchos pueblos! Se fueron endeudando hasta que hace poco, la quimera reventó. Irlanda, Grecia, Portugal, España, Italia…o los salvan, o se hunden. Siguen en la lista como candidatos, Francia e Inglaterra, por mencionar los más recientes.
Única salida posible: apretarse el cinturón en los próximos años. Disminuir el aparato público (despidos). Aumentar la edad de jubilación y bajar las pensiones. Disminuir los planes sociales. Sensación de la población: ¿por qué tengo que pagar yo por los errores y despilfarros de otros? Aparecen los “indignados”, en España y otras naciones en condiciones similares. Convulsión social.
España: los indignados se toman las calles |
Grecia: resistencia popular ante medidas de ajuste |
Sumemos a esto el manejo inescrupuloso, codicioso, ilegal, abusivo y carente de todo atisbo de moralidad de muchas corporaciones financieras y la ausencia de un estado realmente regulador, por medio de normas y mecanismos para velar por su correcta aplicación, para tener una mezcla explosiva.
Divorcio creciente entre la clase dirigente y su pueblo
En democracia, el pueblo elige a sus representantes. Pero hoy no parece que se sientan realmente representados. Podemos mencionar varios tipos de crisis:
• De representatividad
• De legitimidad
• De credibilidad
• De liderazgo
• De pérdida de confianza
El descrédito o incapacidad de la clase política para conducir los destinos de un país, no puede tener un pronóstico positivo.
En este escenario, la anarquía pareciera ser el próximo paso.
Chile está viviendo su propio proceso en ese aspecto (cuestionamiento de las bases de su institucionalidad). USA lo vivió con el tema del aumento del techo de la deuda soberana. Europa está en un pié similar, con un origen principalmente económico. Los países árabes, por un cuestionamiento del origen del poder político.
En estas situaciones, se está en terreno fértil para el aparecimiento de propuestas que propugnen la destrucción total de la institucionalidad vigente en pos de una utopía, con el beneplácito del pueblo elector. ¡QUE SE VAYAN TODOS! como decía un slogan. De ahí a caer en mesianismos totalitarios, hay un solo paso.
Falta de equilibrio entre libertad e igualdad
Los que no son libres, quieren serlo. Y los que lo son, abogan por una sociedad más igualitaria. Las visiones de la sociedad tienden a irse a alguno de los dos extremos. Y el equilibrio, ¿dónde?
Desigual distribución de la riqueza
No es un problema agudo en los países desarrollados, pero sí en los emergentes. En Chile tenemos un mal record. Este tipo de situaciones llevan, frecuentemente, al colapso de la sociedad (es cosa de repasar la historia). Eso y estar sentados sobre un barril con pólvora, tienen mucha similitud.
Inmigración
Es parte de la historia y ha servido para formar naciones y culturas. Pero hoy son olas de inmigrantes que llegan a los países más prósperos, en busca de un mejor futuro. La mayoría, ingresan ilegalmente a su destino. Ellos se sienten segregados y discriminados, y los nacionales, no los quieren. Otra mezcla explosiva.
Por el momento, el tema no está en primera línea de las causas de las movilizaciones de los últimos meses. Pero es cosa de darle tiempo al tiempo.
Si al hecho se le suma que, en casos, se produce un choque entre culturas, sin que por ambas partes exista la tolerancia que permita una convivencia pacífica en que todos tengan cabida, la situación se hace más complicada. Es lo que está ocurriendo entre la civilización occidental y la islámica. Lo vemos en casi todos los países de Europa y Australia.
Protección del medio ambiente y desarrollo
En casi todos los puntos de conflicto, las palabras clave parecen ser “equilibrio y racionalidad”. Si unos dicen “No a nada que pueda afectar en lo más mínimo al medio ambiente” y otros “Ese no es tema; todo debe supeditarse al desarrollo, que es la única forma de crear riqueza”, no es posible llegar a ninguna parte.
Tecnologías y actividades humanas sustentables, es la solución. Con un razonable equilibrio entre las visiones en conflicto. El tema está hace tiempo sobre el tapete.
No pondré más casos, no seguir abusando de la paciencia del lector.
POSIBLES DESENLACES
Como son escenarios imaginarios, casi me limitaré a su enumeración.
Que reine la cordura
Que las sociedades hoy en conflicto, recapaciten. Retomen la capacidad de diálogo y de llegar a consensos. Sean capaces de imaginar un futuro común y tengan la capacidad de arbitrar las medidas para alcanzarlo. Futuro: compromiso de todos.
Para que esto ocurra, veo imprescindible que el bien común prime sobre el particular, no sólo impuesto por las leyes, sino que llegue a ser un valor apreciado y respetado por la sociedad. Y que exista una valoración (y práctica) de grados aceptables de solidaridad. Ambos valores, hoy por hoy, casi ausentes.
¿Utopía? Puede ser. Pero quien no tiene sueños, no puede imaginarse y luchar por un futuro mejor.
Caso que me impactó: Bután. Un pequeño país (budista) en los Himalayas, ente India y China. Su desarrollo no lo miden por el bien conocido PIB, sino por el FIB: Felicidad Interna Bruta. Su historia es en extremo interesante; no pretenden exportar su modelo, pero dicen que si a alguien le sirve, ¡Bienvenido sea!
Que definitivamente, sobrevenga el caos (¿y luego dictaduras?)
Cada cual quiera imponer sus puntos de vista. ¡O lo mío, o nada! Sin capacidad ni voluntad de entendimiento. Visiones de la sociedad no con diferentes matices (lo que suele ser enriquecedor), sino abiertamente contrapuestas y antagónicas. No hay diálogo: sólo imposición por la fuerza. Sublevaciones, conmoción social.
Caen los gobiernos (o se fortalecen) y toda la estructura social, política y económica.
Si hay dos bandos con fuerzas equivalentes: guerra civil.
Asesinato, arresto, destierro o deportación de los contrarios (una forma de hacer prevalecer el proyecto triunfador). Las huestes ganadoras imponen su visión a sangre y fuego. Hasta que el tiempo y las circunstancias lo permitan (no hay nada que dure eternamente para los humanos). Algún día se producirá otro caos, que volverá a cambiar las cosas. Para bien o para peor.
Que estemos en transición hacia una nueva era
Alternativa que tiene una connotación positiva. Un gran cambio para el bien de todos. Es la creencia de grupos espirituales, como New Age, Metafísicos o Esotéricos (no son pocos). Tienen su interpretación de las teorías del 21 de diciembre de 2012 (que está a la vuelta de la esquina). Fecha reflejada en el calendario Maya (y otras culturas) lo que me parece absolutamente extraordinario.
En esa fecha, se producirá la alineación de nuestro sol con el centro de la nuestra galaxia (Vía Láctea), que resulta ser un agujero negro. Debo declarar que a pesar de mi formación matemática y científica, la descripción de dichos agujeros (los que tienen que ver con la astro-física), no son capaces de ser entendidos por mi mente. Como muchas otras cosas: La simplísima ecuación de Einstein (relatividad, que es un hecho, pero difícil de ser captada en forma conciente); la teoría de la curvatura del tiempo y del espacio (consecuencia de la relatividad); la inversión de los polos magnéticos de la Tierra, sostenida por algunos científicos. En fin….
Volviendo a la nueva era: se dice que lo que estaría por ocurrir, no es el fin de la especie humana o su civilización, sino una elevación a un nivel superior de conciencia; de una ascensión a un plano superior; no el fin de los tiempos, sino el inicio de una nueva era planetaria.
Una gran incógnita (para mí): La inestabilidad en la que estamos inmersos y de la que la mayoría tiene ya conciencia ¿es el camino necesario para dejar atrás lo que ha sido nuestra historia en la Tierra, para dar inicio a la nueva era?