El título elegido refleja el contenido de este artículo y
lo seleccioné porque me pareció llamativo y podría tentar a más de alguno a
leerlo por curiosidad. Pero en forma algo menos sensacionalista, podría
titularse “El sistema previsional y las próximas elecciones presidenciales y
parlamentarias”
No me está
resultando fácil decidir a quién entregaré mi voto y opté hacer una primera
aproximación definiendo por quien no
votaré. Con los que queden como “elegibles”, revisaré los programas de
gobierno que proponen y definiré si me inclino por alguno (a) que me parezca,
bajo mi modesta opinión, sea lo mejor (o
menos malo) para Chile.
No votaré y quedan descartados
en una primera ronda, quienes:
- Propugnen que el actual sistema previsional chileno es expropiatorio y atentatorio a la dignidad de las personas por su propia concepción.
- Sostengan que nuestro sistema previsional ha sido un éxito y no debe ser modificado un ápice.
- Sigan pensando que las pensiones pueden ser financiadas exclusivamente con los ahorros (aportes) de los propios trabajadores.
- Indiquen que la solución al problema actual de las bajas pensiones es volver al antiguo sistema de reparto.
- O que la solución es crear una AFP estatal.
- Postulen que lo que debe hacerse es aumentar la edad para pensionarse por sobre los 65 años, como ya lo han tenido que hacer países que operan bajo el régimen de reparto, y
- Declaren que las comisiones que cobran las AFP son un robo descarado y una expropiación de los dineros de los trabajadores.
Dicho esto: ¿queda alguien en pie?
Justificación
de mi posición
Entiéndase como lo que es: mi visión y mis juicios.
Los candidatos presidenciales no tienen por qué ser
expertos en el tema previsional, pero deben tener asesores competentes en esa
área. Y si les proponen soluciones que a mi entender son absurdas, dudo no sólo
de esos asesores, sino de todos ellos y por lo tanto, no puedo confiar en las
propuestas de ese candidato.
A) Mi
no al sistema de reparto
Está absolutamente quebrado
donde se está usando y es una de las causas de la crisis de los países
europeos.
La razón es muy simple: cada
vez aumenta más la proporción de personas mayores en relación a los
laboralmente activos y por lo tanto es imposible que la cotización de estos
últimos sea capaz de financiar las pensiones de los jubilados. El sistema es
imposible de sostener.
Miren este cuadro:
En 1960, donde muchos de los
lectores habían nacido hacía rato, sólo el 7.5% de la población tenía sobre 59
años. En la actualidad, esta cifra se ha duplicado, y seguimos vivos. Y en al
año 2100, donde probablemente varios de nuestros nietos serán viejitos y
jubilados, la cifra nuevamente más que se duplicará: sobre 1/3 de la población
tendrá más de 59 años.
Este sistema de reparto, que
tenía lógica a mediados del siglo pasado, en la actualidad no tiene pies ni cabeza.
B) La
AFP estatal
No cuesta mucho entender
que, a menos que fuera capaz de obtener rentabilidades mayores a las de las AFP
privadas, tiene nulo efecto en las pensiones. Podría aumentar un poco la
competencia (menores comisiones), lo que sólo significaría un poco más de
sueldo líquido a fin de mes (muy poco), pero reitero, si se cotiza igual el 10%
del sueldo imponible, el efecto en las pensiones es absolutamente cero.
C)
Las
comisiones usureras de las AFP
He mencionado en varios
artículos, que si bien las comisiones podrían ser algo menores, éstas son en
forma significativa inferiores a las de cualquier inversión en instrumentos
financieros (depósitos a plazo, fondos mutuos etc).
AFP Modelo cobra un 0.77% del
sueldo imponible por cada depósito de cotizaciones obligatorias y el resto,
entre 1,27% a 2,36%.
¿Cuántos se han cambiado a
Modelo porque cobra menos? Muy pocos. Al parecer no es un tema al que los
cotizantes le asignen mucha importancia para aumentar la competencia.
Reitero: las comisiones
tienen cero efecto en las pensiones.
D) ¡Aumentemos
la edad de jubilación!
Es una medida desesperada al
ver que las pensiones resultan bajas o que éstas no pueden ser financiadas,
como está ocurriendo en Europa que está aumentando la edad para pensionarse.
Otro sin sentido: a edades
avanzadas (¿sobre los 50?), encontrar trabajo es cada vez más difícil. Las
empresas buscan personas jóvenes, llenas de energía, con nuevas ideas y mejor
preparación. Los viejos quedamos “out”.
Hago una salvedad:
profesionales con competencias en ciertas áreas específicas que, sí, pueden
seguir trabajando a edades avanzadas. Pero la gran mayoría de la población no
cae en esa categoría.
Por lo tanto, pretender
aumentar la edad para jubilar es condenar a una buena parte de los chilenos a
vivir en la premura económica en las postrimerías del período que el sistema
consideraría como de vida laboral activa.
E)
El
sistema es un desastre, expropiatorio. ¡Hay que abolirlo!
Como concepto, hoy por hoy
me parece un sistema “conceptualmente sano”. Tiene varias fallas que he
denunciado reiteradamente, pero en general, no es un mal sistema. Es como la
democracia: tiene sus defectos pero parece ser la mejor de las alternativas
existentes.
Y aquí daré números, para
dar una idea de cómo es nuestro sistema previsional.
Llamaremos “tasa de
reemplazo” al porcentaje de pensión respecto al sueldo imponible de un afiliado
promedio durante toda su vida laboral. Hablar del “sueldo de los últimos
X años”, como se hizo al diseñar y vender el sistema de AFP, es un error
mayúsculo y sin sentido. Algunos pueden tener sueldos bajos al principio que
van aumentando en el tiempo (situación bastante común y deseable), pero otros,
a medida que se hacen más viejos, les cuesta encontrar trabajo y ven una
disminución de sus ingresos en los últimos años (situación cada vez,
desgraciadamente, más frecuente). Por lo tanto lo que importa es la cotización
que se haya efectuado durante toda la vida laboral, entendiendo que sueldos
altos al principio afectan fuertemente y favorablemente las pensiones, mientras
que sueldos altos al final, tienen un efecto bastante menor.
Así funciona nuestro sistema
hoy
mostrado en cifras que se las doy firmadas.
Supondré una rentabilidad
media de los fondos de 4.7%, que me parece razonable y bastante alcanzable,
inferior a la que se ha obtenido desde la creación de los multifondos
(septiembre 2002) que ha sido para el fondo C de 4.99% hasta septiembre del
2013, gran crisis del 2008 incluida. (Fuente Superintendencia de Pensiones).
Me referiré a un retiro
programado, por ser el sistema que a mí más me acomoda.
·
Hombre soltero o viudo, cotiza desde los 25
años y jubila a los 65. Tasa de reemplazo (TR) 84% si no tiene lagunas
previsionales. Nótese: es del sueldo
medio por el que cotizó. Si tuvo un sueldo medio de $1.000.000 pero
estuvo cesante el 10% del tiempo, en vez de una pensión de $840.000, ésta sería
de $756.000. Y, si sólo hubiera cotizado la mitad del tiempo de su vida
laboral, que es lo que está ocurriendo actualmente y la razón principal porque
las pensiones promedio están resultando tan bajas, su pensión sería de
$420.000.
·
El mismo hombre, pero si la rentabilidad
fuera la obtenida entre el 2002 y el presente (4.99%), su TR subiría de 84% a
92%.
·
Si esa misma persona hubiera empezado a
trabajar a los 20 años (no profesional), su TR sería de 110%.
·
Y ¿qué pasa si a futuro las rentabilidades
fueran muy bajas, digamos 2% anual? Un
desastre. A tasas bajas el
sistema sencillamente no funciona. Aunque hubiera cotizado durante toda su vida
laboral, desde los 25 a los 65 años, su TR sería apenas un 35%.
·
Hombre casado: la misma persona pero en vez
de ser soltero o viudo, estuviera casado y su esposa tuviera 3 años menos que
él: La TR baja de 84% a 74%, porque si el fallece, hay que seguir pagando la
pensión a la viuda.
·
¿Y las mujeres? He ahí el problema. Jubilan a
los 60 años, cotizan 5 años menos y viven entre 5 y 6 años más que los hombres
(deben, con un menor capital, financiar varios años más de pensión). Y para el
caso de un hombre soltero o viudo vuya TR era 84%, para la mujer en situación
idéntica es de apenas 52%. O sea, una mujer que ganaba mensualmente $1.000.000,
pero tuvo una cotización del 80% de su período laboral (por su condición de
madre, la continuidad laboral es menor que la de los hombres), su pensión será
de $ 416.000. Es lo que está ocurriendo.
Por los datos entregados, la idea que con el sistema de
AFP deberían obtenerse pensiones del orden de 70% pero del promedio del
sueldo por el que se cotizó, se
cumple en el caso de los hombres. Pero las mujeres están lejos de ello y es
un punto que he destacado un muchas oportunidades y que hay que resolver con
urgencia.
F)
El
sistema vigente es fantástico y hay que dejarlo como está.
Para las condiciones actuales,
tiene varias falencias que he hecho ver en otros artículos. Menciono algunas:
- Lo ya dicho: las mujeres están en situación muy desmedrada.
- La precariedad del sistema laboral chileno (bajos sueldos, facilidad para evadir las cotizaciones, incentivos perversos que motivan a algunos a cotizar menos para no perder beneficios sociales, etc).
- El sistema definido por la Superintendencia de Pensiones para el cálculo de los retiros programados tiene un serio problema: desde el año 2008 ha bajado las pensiones de los primeros años, donde la probabilidad de sobrevivencia es alta, para que hayan fondos para pagar la pensión a edades avanzadas, donde las probabilidades que el pensionado siga vivo son bastante menores. O sea, hambre para hoy para tener pan para mañana. Los grandes beneficiados: los herederos, pues los fondos que quedan son heredables y con este sistema de cálculo los saldos en las cuentas de jubilación son bastante mayores que la forma como se calculaba antes (que también era perversa, pues a cierta edad los fondos se acababan y el viejito se quedaba sin pensión).
- Las lagunas en las cotizaciones son el principal problema del sistema: o porque no se pagan las cotizaciones debidas o porque la gente simplemente no cotiza. Tengo la cifra de diciembre de 2011: sólo el 46% de las personas laboralmente activas cotizó, situación que se mantiene en la actualidad. Así es imposible pretender que el sistema otorgue pensiones razonables. Es necesario una fuerte fiscalización e imponer la obligatoriedad de hacer los aportes establecidos al fondo previsional.
- La cotización al sistema del 10% es insuficiente para compensar las lagunas normales que se producen (cesantía) y para obtener pensiones más altas.
- La creación de los multifondos fue a mi juicio, un error. En un sistema de pensiones no se pueden correr riesgos demasiado altos. Lo que pasó el año 2008 fue una debacle: el fondo A aún no recupera las pérdidas (cercanas al 40%) que tuvo (el C, afortunadamente sí). Hubo un entusiasmo debido a las rentabilidades históricas que se obtuvieron hasta el año 2002, al cual, reconozco, me sumé. Pero a futuro no creo que haya alguien que se atreva a apostar a que se repetirán. Mi opinión: el fondo C me parece razonable. El E, como para tenerlo como alternativa permanente, me parece mala: rentabilidad demasiado modesta aunque, cierto, de riesgo casi nulo.
Mi
proposición para cambiar el sistema de pensiones:
Algunos candidatos postulan algunos de los siguientes
puntos, cayendo a su vez en propuestas que mencioné anteriormente y que
considero inaceptables.
Mencionaré las que me parecen más relevantes, sin que
ellas sean las únicas.
- Aumentar el nivel de cotizaciones, manteniendo el 10% por parte del trabajador, pero definiendo un aporte del empleador y además, un mayor aporte estatal. Para llegar a una cotización del orden del 18% del sueldo imponible, con lo que las pensiones actuales subirían un 80%. Todo analizado con lupa en mano, para no afectar la competitividad y empleabilidad del país.
- Las damas: no hay muchas alternativas: o se sube su edad para pensionarse igual que los hombres (65 años) o el Estado les hace una compensación para disminuir la brecha hoy evidente entre ambos sexos. Algo de ello se hizo en la reforma del año 2008 (bono por hijo nacido vivo), pero abiertamente insuficiente.
- Cambio de la norma para calcular los retiros programados, estableciendo un seguro financiado parte por el trabajador y parte por el Estado, que pague las pensiones si el jubilado sobrepasa cierta edad avanzada, del orden de 4 años sobre las expectativas de vida. Con ello se permite que la persona utilice en mayor proporción lo que logró ahorrar durante su período de cotizante y los fondos se agotarían en el momento en que entra a operar el seguro. Mayores pensiones (estimadas entre 10 y 20% superiores), con mala cara por parte de los herederos, pues su herencia será menor.
- Dejar como alternativas de inversión tipos de fondos cuyo riesgo sea razonable dadas las características de lo que se trata: los ingresos para la vejez. Propongo eliminar los fondos A y B.
- Reforzar el control y exigencia para que las cotizaciones se cumplan en forma estricta. Las penas del infierno para los transgresores.
- Relacionar las comisiones de las AFP a los resultados de su gestión (rentabilidad de los fondos administrados).
- No aumentar la edad para pensionarse por sobre los 65 años.
- Punto vital: definir si la pensión es un problema de cada cual (así está hoy en gran medida el sistema) o si hay una parte de responsabilidad estatal definida como derecho y otra parte de responsabilidad del trabajador. Creo debe ser compartido y ambos aspectos tener una correlación; que el aporte estatal sea proporcional al esfuerzo personal.
En la reforma del año 2008 algo se avanzó en eso:
a) pensión mínima garantizada por el Estado, de $82.052 en
julio 2013 y que tiene un componente perverso, pues si alguien va a sacar con
sus ahorros una pensión menor que ese valor, le es más conveniente no cotizar y
b) el aporte previsional solidario para quienes reciban una pensión inferior a
$255.000 (no significa que se llegue a ese valor; el Estado sólo hace un aporte
por sobre la pensión que recibe el jubilado según una fórmula).
Nuevamente: ese aporte es insuficiente. Su rediseño debe
ser hecho con mucha sabiduría para no producir efectos contraproducentes. Es un
mayor costo para el Estado; unos quieren financiarlo con mayores impuestos y
otros, con mayor crecimiento. Es un tema complicado pero que hay que abordar.
Pero no se trata de resolver la situación sólo de hoy. El
futuro lo veo bastante oscuro. El
sistema de AFP, aún con las mejoras que hoy parecen necesarias y posibles, va a
ir entregando peores pensiones a medida que pase el tiempo.
La razón: las expectativas de vida, como ya sabemos, van
aumentando en el tiempo y por lo tanto, con el mismo capital, habrá
que financiar más años de pensión y éstas serán cada vez más bajas.
Es un tema para el que conviene tener por lo menos
esbozada una solución desde ya. El Estado deberá hacer aportes crecientes en el
tiempo.
Esta será la población en Chile mayor a 90 años en el
mundo de nuestros bisnietos (2010), cuando la población del país se espera sea
menor que la actual: sólo 15.600.000 personas.
Comentario
final
Algunos candidatos ya los tengo descartados porque por lo
que se ha visto en los debates, entrevistas y recientemente en las franjas
electorales, están lejos de mis aspiraciones o abiertamente van en sentido
contrario. A los que quedan, que no son muchos, les dedicaré tiempo a ver en
detalle sus programas de gobierno, aunque su contenido no signifique
necesariamente que lo vayan a hacer si llegan a la presidencia.