Disfruto con la ópera, aunque disto de ser un erudito. De
hecho, tengo dificultades para distinguir con facilidad una soprano de una
mezzo. Ni hablar de poder diferenciar a una soprano lírica, de una ligera,
spinto o de colatura: ninguna posibilidad ni siquiera remota.
Se me ocurrió escribir sobre el tema a raíz de un post
publicado en Facebook por un amigo del
colegio.
Simplemente la existencia en el pasado de los “castrati” resulta
de una bestialidad de las más atroces: castrar a un chico antes de la pubertad
para que no perdiera la voz de niño: voz blanca o voz de ángel. Su registro
vocal se mantenía a través de los años como una voz femenina.
Las
razones
No se trata de un intento de entenderlas ni mucho menos
justificarlas. Simplemente exponer dos de las razones que indican quienes han
estudiado el tema:
- ·
Una ¿errada? interpretación de la Biblia de
una de las cartas de Pablo a los corintios:
“Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las
congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como
también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus
maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación” (1.ª
Corintios 14:34-35).
Si mis
lectoras se han indignado con la carta, sólo puedo expresarles que comparto su
sentimiento.
Como las
mujeres no debían hablar (ni menos actuar) en público, en los coros de las
iglesias y en la ópera éstas
debían ser reemplazadas por hombres. ¿Cómo lograr que un hombre mantuviera su
voz de pre púber y tuviera un registro vocal femenino? Mediante “una
intervención” que evitara su desarrollo varonil:
- ·
Era una manera de poder aspirar a la fama y la
fortuna. Algo parecido a hoy si hacemos un paralelo con los chicos que quieren
ser jugadores famosos de fútbol. Y a los “castrati” les pasaba algo parecido a
lo que vemos hoy: algunos lograban vivir del canto y muy pocos alcanzaban la
fama. Algo obvio: quienes se sometían al “´proceso” normalmente pertenecían a
las clases bajas de la sociedad.
Sólo un poco de
historia
Ø La
práctica bárbara para esos fines fue ampliamente utilizada entre los siglos XVI
y XVIII, aunque se usaba con otros objetivos desde antiguo y en distintas
culturas.
Ø Se
usó principalmente en Italia: se indica que se practicaban del orden de 4.000
anuales, principalmente en niños entre 7 y 9 años. Podían hacerlo médicos (tipo
abortistas actuales) y también barberos (me imagino usando la navaja de
afeitar).
Ø Como
era de esperar: la mayoría moría en el intento a causa de una infección
generalizada. No más del 1% alcanzaba la aspirada fama y fortuna.
Ø Los
“castrati” tuvieron su época de gloria en los períodos Barroco y Rococó.
Ø Grandes
autores escribieron óperas para ellos: Monteverdi, Vivaldi, Haendel, Gluck y
hasta dos de mis favoritos (autores, no esos personajes en particular): Mozart
(La falsa jardinera) y Rossini (Aureliano en Palmira).
Ø La
práctica fue abolida en los tiempos de la Revolución Francesa y recién en el
año 1902, el Papa León XIII prohibió cantaran “castrati” en los coros del
Vaticano. Hay que decir que la Iglesia hizo algunos intentos por proscribir la práctica, pero como
“el arte necesitaba de ellos”, la situación se mantuvo.
El convencimiento
Tiendo a
pensar que los más interesados en esa alternativa de vida eran los padres (un
buen futuro para el niño), que no pueden tener otro calificativo que
desnaturalizados.
En la
bibliografía consultada, esta carta de cómo convencer a un chico se repite por
considerarse un “clásico”. Copio una parte.
Fue
escrita en 1685 por Charles de Saint-Evremond a M. Dery.
Mí querido niño:
……..
Por mi parte, intentaré conseguir tu fortuna de una manera menos
desagradable y te diré, utilizando la insinuación, que necesitas suavizarte por
medio de una pequeña operación que garantizará la delicadeza de tu complexión
durante muchos años, y la belleza de tu voz para el resto de tu vida.
Están por tanto garantizadas tus amantes, y es una gran suerte; no tener
esposa quiere decir que te librarás de un gran mal -- ¡tendrás la suerte de no
tener mujer, y más suerte aún de no tener hijos!
Protégete de todos estos males con una operación rápida; sólo estarás
comprometido contigo mismo, disfrutando de la gloria después de este pequeño
asunto que te conseguirá tanto fortuna como la amistad del mundo.
Espeluznante, por decir lo
menos.
Llamará la atención lo de las
“amantes”. Pues sí, la literatura indica que algunos llevaron una vida sexual
activa. No sólo eso: eran muy apetecidos por las damas de las cortes, pues les
permitían tener aventuras sin el riego de un embarazo. Pero la mayoría perdían
totalmente el interés en el tema.
Cómo se hacía
Había varias formas de realizar la castración.
Una de ellas:
Consistía en bañar al niño en agua caliente para
que los testículos estuviesen más "tratables". «Un rato después,
presionaban la vena yugular, lo que hacía que los pacientes se volviesen tan
insensibles que entraban en una especie de apoplejía y la operación se
realizaba con escaso o ningún dolor».
Esta
simple descripción pone los pelos de punta.
¿Qué pasó después?
Las
voces de los “castrati” en las óperas, cuando éstos dejaron de existir, fueron
reemplazadas por:
·
Sopranos o mezzosopranos, que hacen un papel masculino, como el Orfeo de
Gluck, o
·
Por los contratenores, que
por una condición endocrina (sin intervención de terceros) no le permiten
alcanzar la madurez sexual, manteniendo un registro de voz femenino. Es una
anomalía hormonal en la cual el afectado no tiene ninguna responsabilidad.
Es el caso del hoy conocido Andreas Scholl, que fue el motivo del post del amigo que mencioné al principio.
Si quieren escucharlo, copio el link.
Andreas Scholl. Xerxes de Handel (Ombra mai fu).
Ese tipo
de voces, al contrario de lo que indican algunos entendidos, me resultan
chocantes.
Otras brutalidades humanas
La lista en
tan larga, que sólo al mencionar algunas da vergüenza de pertenecer a ese
género. Ejemplos:
- ·
Los sacrificios
humanos, como en la cultura maya. Impresionante su desarrollo agrícola,
arquitectónico, su numerología y sobre todo, su conocimiento astronómico. Y
todo eso, unido inexplicablemente al sacrificio de doncellas y niños, pues los
dioses necesitaban sangre humana para alimentarse y sólo así se lograban sus
favores.
- ·
Las muertes “justificadas”
por razones religiosas, como en la Inquisición (que para colmo la llamaban
“Santa”) o durante la conquista de América.
- ·
Y otras más
recientes, como el terrorismo por razones religiosas. El mejor y más impactante
ejemplo: las Torres Gemelas.
- ·
Las guerras en
general.
- La esclavitud.
- ·
El holocausto nazi.
- ·
Las torturas y
ajusticiamientos de regímenes totalitarios de todos los signos y presentes en
todas las épocas de la historia.
El bien y el mal
En las
religiones se habla siempre de la lucha del bien contra el mal.
Creo que
no se trata de una lucha: es simplemente una coexistencia dentro de las
sociedades humanas. Es parte de nuestra esencia, aunque quisiéramos que no
fuera así.
La esencia
en los animales no racionales es actuar de acuerdo a su instinto; no existe el
bien y el mal. A nosotros la racionalidad nos pone en la disyuntiva de tener
que decidir sobre lo que es correcto y lo que no lo es (valores, moral,
conciencia).
La lógica
pareciera indicar que a medida que la humanidad evoluciona, debería haber un
tránsito a sociedades con un mayor respeto y fraternidad hacia nuestros semejantes. Si
observo el pasado y el presente, ahora esta evolución positiva está al menos en
parte escrita en el papel, pero en la práctica, no me parece que estemos demasiado
lejos de la barbarie del pasado.
¿Vendrán
tiempos mejores?