martes, 15 de marzo de 2011

Libia y Gaddafi


Libia y Egipto son vecinos. Ambas naciones musulmanas. Pero ¡qué diferencia entre las revueltas que se han dado en ambos países!
Mubarak, al ver que la situación se le escapaba de las manos, decide hacerse a un lado. Gaddafi (hay decenas de formas de escribir su nombre), observa los primeros días y luego decide aplastar a los rebeldes. Ha ido ganando ciudades que estaban en su contra.
No es mi objetivo analizar la situación libia, sino la reacción internacional, aunque en forma somera. Hay varios dilemas:
1). Apoyar a los insurgentes y su declaración de deseos de libertad y democracia, dando la espalda a un “cuasi” aliado.
2). Una forma de hacerlo es la tan anunciada zona de exclusión aérea, lo que significa intervención militar (derribar los aviones de las fuerzas leales a Gaddafi para evitar que ataquen a los insurgentes).
3). Una intervención de occidente sería muy mal vista por el mundo árabe, aunque la Liga Árabe dio el pase para una operación de esta naturaleza.
4) Tomar palco y que cada país arregle internamente sus conflictos, sin intervención extranjera.
5) Temor: que un cambio de gobierno significara la toma del poder por grupos islámicos radicales, y terminara siendo peor el remedio que la enfermedad.

La reacción internacional ha sido de desorientación y sin tomar una postura clara.
Tanto la Liga Árabe (LA) como la Comunidad Europea (CE) han expresado que el gobierno del líder libio ha perdido legitimidad y debe renunciar. Pero acción concreta, por ahora, ninguna.
La ONU no sabe qué hacer. Está preocupada de los refugiados (lo que está muy bien) y ha destinado 16 millones de dólares para ayuda humanitaria. Esta cifra es una miseria. Y en el aspecto político-militar dicen que es “una situación muy complicada”, por lo cual no han decidido nada.
USA da saltos de carnero, al parecer más preocupados de no adoptar posiciones que a futuro pudieran tener un alto costo.


Se reunió el G-8 en Bruselas el fin de semana pasado. Solicitan aumentar las presiones sobre Libia, pero de exclusión aérea, ni hablar, a pesar de los esfuerzos de Francia y el Reino Unido. Sarkozy ha sido, hasta donde sé, el único que reconoció el gobierno de las fuerzas opositoras al gobernante libio.
La OTAN: Su secretario general manifestó la posibilidad de intervenir si se constata “una necesidad demostrable para que la OTAN actúe”, si cuenta con “una base legal clara” para hacerlo y con “fuerte apoyo regional”. Y que para ello se requiere el apoyo de la ONU y la LA. Gadafi ha amenazado con una masacre en contra de la OTAN si ésta entra en Libia.

En resumen: muchas reuniones, muchos “podría ser” mientras Gaddafi va recuperando posiciones perdidas, operativo que difícilmente puede ser imaginado como incruento.

Lo que me temo pueda suceder y sería en extremo penoso, es que finalmente Occidente intervenga, derrocando a Gaddafi, cuando el costo en vidas, por falta de oportunidad y vacilaciones, se cuenten por miles.
Y si no se va a intervenir, que se diga desde un principio y que los rebeldes sepan que no contarán con ayuda y que con ese antecedente, determinen hasta que punto es lógico perseverar en su intento. Porque hoy su resistencia está sustentada en buena parte, en la esperanza que la comunidad internacional intervenga a su favor.

Tsunami en Japón



Todos estamos consternados por la tragedia en Japón, situación que en Chile nos ha tocado vivir con demasiada frecuencia, al igual que ellos.
Las fotos que adjunto, revelan algunas cosas, además de la magnitud de la tragedia:






1). La curiosidad de los japoneses es para dejar pasmado a cualquiera. Frente a un verdadero cataclismo, toman primera fila para no perderse detalle. Me imagino que con cámara fotográfica en mano.




2). Sus caras parecen reflejar que estuvieran frente a un evento virtual; no demuestran terror sino entretención.
3). La preparación del pueblo nipón para enfrentar emergencias, no parece ser tan apropiada como algunos dicen. Por lo menos, en los lugares que se tomaron estas fotos.



4) Y por último: las cifras oficiales de muertos y desaparecidos, ya parecían bajas con sólo ver los reportajes de televisión. Ahora, con estos documentos gráficos, me atrevo a vaticinar que las víctimas probablemente se empinarán por sobre las 100 o 200 mil. No nos olvidemos que Japón es un país densamente poblado.




Espero estar equivocado.

jueves, 3 de marzo de 2011

Tus antecedentes comerciales están a la vista de todo público.


Todos sabemos que existen sistemas que captan y procesan nuestra información y comportamiento comercial y que nos catalogan cuan buenos pagadores y dignos de crédito somos.
Yo me imaginaba que esa información estaba reservada para “clientes” registrados de esos sistemas (bancos, instituciones financieras y crediticias, multi-tiendas y gabelas parecidas) y que debían pagar una buena suma de dinero para acceder a esa información.
¡CRASO ERROR! ¡CUALQUIERA PUEDE ACCEDER A ELLA!
Es probable que muchos digan: “¡Pero si eso lo sabe cualquiera!” Pues bien, yo no lo sabía.
Me encontré con el tema por casualidad, y todo lo que hay que conocer es el carné de identidad de la persona en cuyos asuntos queremos meter nuestra nariz. Elegir en Internet el organismo que nos dará la información y estar dispuestos a pagar una suma de dinero muy módica.
Mi primera incursión fue en INFOMAX. Para quien se interese, el link es el siguiente:
http://www.infomax.cl/

Te registras (muy rápido).Pones el carné de la “víctima”, pagas en la misma página (tarjeta de crédito o transferencia bancaria) y de inmediato aparece en “fatídico” documento. Además de los datos personales, aparecen los cheques y documentos protestados, morosidad de pagos en instituciones bancarias, comercio y empresas. Registro de prendas, anotaciones tributarias y de comercio exterior.
Pero eso no es todo. Con algún sistema sofisticado, clasifican al sujeto en un grupo de riesgo, le asignan un puntaje e informan: a) de cada 100 personas de similares características, cuantas de ellas se espera que cumplan con sus obligaciones de pago dentro de los próximos 24 meses y b) considerando toda la población, qué porcentaje presenta un riesgo mayor (o menor, como quiera tomarse) que el sujeto en análisis.
También indican cuantos bienes raíces tiene y su avalúo fiscal. En ese punto debo decir que la información es absolutamente errada. El avalúo es groseramente subestimado.
Y en el mismo informe aparecen las instituciones y la fecha que han hecho averiguaciones sobre la persona investigada.
¿Cuánto cuesta la intromisión? Módicos $2.500.
El informe me pareció muy simpático y completo.

Acto seguido entré al tan vapuleado y vilipendiado DICOM. No podía ser de otra forma. La página es:
http://www.dicom.cl/
Acceso tan fácil como el anterior. Pero es algo más caro ($4.500) y el informe me gustó más el de INFOMAX.

Solicité mis antecedentes en ambos sistemas: por curiosidad y para comprobar que no hubiera alguna sorpresa sobre la cual tuviera que tomar acción. Uno nunca sabe.
Pero no. Mi evaluación es muy parecida en ambos casos y salí bien parado del examen.
Si alguno piensa que escribo estas líneas para denunciar una vulneración inaceptable a la privacidad de las personas, debo declarar que no es así. Me parece sano que si alguien o alguna institución le va a dar crédito a otra persona, se cerciore que esta última tiene una alta probabilidad de servir los compromisos que está contrayendo. Y estos informes parecen ser una buena herramienta en ese sentido.
Aspecto vital:Si alguien ha tenido un traspié en su vida,no es posible que éste sea un lastre que deba llevar por el resto de su vida.Al cabo de un tiempo, los incumplimientos deben ser sobreseídos, si por un determinado tiempo la persona demuestra que ha sido capaz de cumplir sus compromisos.No tengo constancia si el sistema opera con dicha lógica. Si no fuera así, el diseño aplicado sería abiertamente una aberración y en este caso, el manejo y entrega de este tipo de información debería ser regulado por ley.

Recordemos que la crisis financiera de fines del 2007 se debió en buena parte al otorgamiento de créditos hipotecarios a quienes no tenían capacidad para hacerse cargo de la deuda. Hubo, que duda cabe, muchos otros factores, que ya comenté en artículos anteriores y que no es del caso repetir, dado que no se enmarcan dentro del objetivo de la presente publicación.

Si van a hacer alguna transacción con otra persona (venta, arriendo, préstamo), no se olviden de esta nota.
Nota: ayer escribí este artículo,y hoy salieron en los noticieros nacionales reportajes relativos a un fallo judicial en contra de DICOM. Casualidades holísticas.Planteaban casi lo mismo que mi artículo. Respecto a mi mención que el tema debería ser regulado por ley, indicaron que ésta había sido aprobada por la Cámara de Diputados y duerme por más de un año en el Senado.